Entrevista sobre el corto Tiempo de volver

Tiempo de volver

Es tiempo de volver pero también de decidir.  Juan Pablo Tavera tiene apenas 19 años de edad y en los próximos meses decidirá qué carrera estudiar, Cine y Fotografía son algunas de las opciones.
   Pero mientras ese momento llega tiene otro compromiso: presentarse por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) como cineasta seleccionado en la Sección Michoacana.
   Aunque ya había participado en el máximo encuentro fílmico de Michoacán como parte de otro equipo, este año es un proyecto totalmente suyo el que está seleccionado: Tiempo de volver.
   El filme es el segundo que realiza Tavera, “el año pasado mandé otro, que fue mi primer cortometraje, pero no lo aceptaron”.

Historia personal
Juan Pablo Tavera compartió para PROVINCIA que su cortometraje trata sobre un joven que tiene problemas, que vive cambios que no puede enfrentar y superar, lo que lo orilla a evadirse.
   “Se refugia en una burbuja de soledad y de confort para él. Se pierde de todo el mundo, de sus amigos sobre todo, hasta que una amiga de él le dice ‘¿Qué está pasando contigo? ¿qué tienes? ¿por qué no sabemos nada de ti?’”.

—¿Hubo algo en particular que te inspirara la historia?
Es algo realmente personal, es algo que yo en un tiempo me encontraba viviendo. Estaba pasando por una situación semejante, fue meses después que quise escribir una historia y dije ‘bueno, ¿por qué no escribo lo que estaba viviendo en ese tiempo?’. Por eso se llama Tiempo de volver: el chavo regresa a la realidad, regresa a la normalidad, entre comillas, en lugar de evadirse.

—Al ser algo íntimo, ¿te resultó incómodo verlo en la pantalla?
No incómodo. Me resulta extraño abrirme demasiado. Mis amigos que me conocen y quienes estuvieron detrás de todo el rodaje —que de hecho lo hicimos entre amigos— en el momento en el que yo les conté la historia me dijeron  ‘no manches, eso es completamente tú, el personaje eres tú, no es nadie más’.
   De cierta manera es interesante saber que es una historia transparente y la gente que me conoce me puede ver a mí en el personaje pero al mismo tiempo la gente que no me conoce o que ni siquiera ha escuchado hablar de mí, ver qué puede ver en esa historia.
   Se siente no incómodo pero sí extraño o raro que la gente me vea  así, es como si me vieran desnudo, muy abierto, muy transparente. Al mismo tiempo fue emocionante poder plasmar un sentimiento en algo más tangible.

Y aunque la historia era cercana a Juan Pablo Tavera y los amigos con los que la filmó, fue justamente su desarrollo algo que fue difícil al momento de pasar la anécdota al formato de guion.
   “Me resultó un poco complicado desarrollar la historia. Qué va a estar viviendo el personaje, por qué... situaciones de ese tipo me resultaron un poquito difíciles. Tardé aproximadamente un mes escribiendo el guion, que es relativamente poco pero para ser un cortometraje me extendí. Estuve pensando, tratando de inspirarme en cómo desarrollar la historia, porque a mí me cuesta trabajo hacer guiones, yo soy más de ver imágenes, yo ya sabía qué estaba viendo, el problema era que necesitaba una historia para ponerlo ahí”.
   Sergio Díaz Ochoa —seleccionado también en el FICM por su cortometraje Superhéroes— fue quien ayudó a Tavera en la corrección del guion.
   “Yo le mandé los borradores y él me decía: ‘ok, está bien, pero necesito que me des esto y esto y esto, le falta esto, explícame por qué lo quieres’. Él le estuvo ayudando a pulirlo y la otra chava —que es la amiga del personaje— es una muy buena amiga mía y ella me ayudó a hacer los diálogos de su parte. Yo le dije ‘tú vas a representar tu propio personaje, el personaje vas a ser tú, entonces tú dile al otro personaje algo que tú me dirías a mí, no inventes nada, haz de cuenta que estás hablando conmigo’”, así se hizo y esa colaboración fue la que quedó en el corte final de Tiempo de volver.
   “Algo que sí fue sencillo, a pesar de que tuvo algunas complicaciones, es que yo lo que quería en este corto era darle un buen soundtrack. Me puse en contacto con un amigo, Sjoerd van Kampe, que vive en Holanda, es holandés, y él hace música —graba sus demos, sus LP— le dije ‘estoy haciendo este proyecto, ¿te late?’, nos pusimos en contacto en Internet, le estuve mandando cómo estaba avanzando el guion, todavía los días del rodaje le estuve mandando cómo íbamos avanzando y él me iba mandando sus sugerencias, y ya le decía ‘sí me gusta, no me gusta’ y él iba puliendo las canciones hasta que quedaron cuatro o cinco canciones. Fue interesante porque todo fue por Internet y es el soundtrack que se quedó”.

—Son canciones escritas para el corto...
Sí, exclusivamente para eso. Yo ya había escuchado su música, primero le dije ‘oye, la puedo utilizar’, y me dijo ‘sí, qué padre, sería un honor, pero si quieres te hago nueva música’, y le dije ‘wow, estaría increíble’.
   Quedé maravillado con la música porque supo lo que yo quería y lo consiguió tal como yo lo quería, lo compuso así.

Forja su camino
Juan Pablo Tavera aún no tiene una formación formal en cine pero ya tiene en su haber dos cortometrajes propios y varias colaboraciones, una labor que ha realizado de manera autodidacta.
   “La única vez que he estudiado algo relacionado fue un curso de cine, que fue hace tres años, un curso que abrió el Liceo Michoacano de unos talleres libres de arte y fue un cursito de cinco meses de cine. Cada quien escribió un guion y los mejores se realizaron. Nos enseñaban las nociones básicas en cine, la teoría, los planos… cosas muy básicas, el equipo de cine, cómo se maneja, cómo se graba algo, fuera de eso todo ha sido por pura experiencia propia.

—¿Hay algún género o director que te hayan influido en la manera en que haces cine?
Hablar de películas o directores favoritos para mí es bien difícil, hay muchas cosas que me gustan  y también depende, hoy me puede gustar mucho Tarantino y hoy lo amo pero mañana no sé.
   En lo que me fijo más en una película —sí, en la historia— pero lo que yo aprecio más es la fotografía y la música, si a lo mejor la historia no es muy buena pero tiene una buena fotografía y una buena música para mí es una muy buena película.
   Trabajos que admiro mucho son los de Emmanuel Lubezki, me gusta mucho la fotografía que hizo en El árbol de la vida de Terrence Malick. Malick es uno de los que también me gustan mucho, me gusta mucho como maneja la voz en off y las historias que se fusionan con la fotografía, que a lo mejor no te está contando algo en específico pero te está poniendo una serie de imágenes como si fuera un collage cinematográfico, entonces agarra pedazos de lo que le gusta. El árbol de la vida es un claro ejemplo.
   No he visto más películas de la directora Andrea Arnold pero me gustó mucho la última adaptación que se hizo de Cumbres borrascosas, la hizo ella en 2011. Esa película me parece que consiguió armar muy bien la historia, la historia es muy negra, es superapasionada pero al mismo tiempo es muy negra y la fotografía es espectacular, hace un contraste de colores muy padre y las actuaciones… la puedo ver y ver y ver, me inspira mucho.
   Igual los trabajos de Lubezki y Malick, los veo y los veo y me maravillo de ellos. Cada vez como que me inspiran más. Y la música, en lo personal siempre me inspira, desde la música clásica hasta compositores actuales y algo que me gusta siempre poner en las cosas que hago es una inspiración musical de fondo.
   Y ese gusto por lo sonoro lleva a Tavera ha estar buscando propuestas distintas de diferentes lugares del mundo. Actualmente escucha a Ólafur Arnalds, Keaton Henson y al francés Woodkid, quien además de músico es cineasta, cantante y diseñador.
   “Es todo este hombre. Me encanta su música porque juega mucho con el papel de la infancia. En este disco que sacó, La edad de oro, parece que su música fuera una película de héroes, el sentimiento es como de superhéroes, hace mucho énfasis a una parte de su infancia, en sus videos musicales salen niños y eso me inspira mucho.
   “Ólafur Arnalds —islandés—, es pura música, no tiene nada de voz, sus canciones me gustan mucho, me inspiran, son muy melancólicas. Me gustan mucho las cosas melancólicas y nostálgicas, es algo que me inspira mucho”.
   De Henson destacó algo interesante: tiene pánico escénico. “Entonces hace muy pocas presentaciones y si van mil personas para él ya es un público impresionante. Todo el tiempo es él y su guitarrita, es música folk, entonces está cantando en el escenario y se joroba, agacha la mirada porque le da mucha pena. Sus canciones tienen un toque muy suave, muy nostálgico, triste hasta cierto punto, me inspira muchísimo. Sus videos también y los proyectos que hace porque es también ilustrador.
   “Ese tipo de cosas me gustan: cuando un artista no nada más se desarrolla en un campo sino en distintos y se complementa, eso también me llena mucho”.

—Además del cine y la fotografía, ¿en qué otro ámbito te gustaría desarrollarte?
Algo que siempre he tenido la facilidad y me ha gustado mucho es el dibujo. Me gusta mucho dibujar, ilustrar, hacer arte plástico también me ha llamado la atención, a veces lo intento y me gusta lo que he hecho. Cuando estaba chiquito yo me veía como ilustrador, dibujando cómics, tengo mis cuadernos enormes de cómics, me encantaba dibujar de chiquito, y es algo que también quiero retomar un poco.
   La música también. Estudié en el Conservatorio de Las Rosas, estuve en piano, estuve en un ensamble de música antigua, estuve en el Coro de los Niños Cantores de Morelia, entonces como que tengo bien presente la música, por eso es también muy influyente para mí.

—¿Te gustan los musicales?
A veces. Es distinto. El último que vi fue Los Miserables, lo vi y me quedé impactado, está padrísimo, les quedó increíble, pero nos es algo que vería cada fin de semana porque lo ves una vez y ya, para mí es suficiente. Si lo veo dos o tres veces se me hace tedioso, me llegan hasta a enfadar. No es mi género favorito. Lo que yo admiro es una banda sonora más que un musical como tal.

Lo que viene
Juan Pablo Tavera compartió que Tiempo de volver ganó el primer lugar en el Festival de Cortometrajes Ponle Play a Tus Ideas que realizó su sexta edición el 3 y el 4 de octubre en Los Reyes, Michoacán, hecho que le dio la pauta para buscar enviarlo a otros encuentros luego del FICM.
   “Mi productora me dijo que lo inscribiera a más festivales, yo creo que al de Durango, no sé cuándo vaya a ser pero sí me dijo que ya que pase el FICM, porque todos estamos bien ocupados, hay que mandarlo a distintos festivales, es una posibilidad. Yo creo que sí lo puedo seguir mandando a otros”.
   Pero además del cortometraje, Tavera está enfocado ya en otra historia. “Estoy escribiendo un nuevo guion que habla sobre las pérdidas, de hecho Sergio Díaz es quien me está ayudando a escribirlo, él ya va a ser mi coguionista o el guionista final, va a ser interesante”.


Foto: Cortesía, Juan Pablo Tavera

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