Entrevista sobre el corto Manuscrito de un mundo invisible

El mundo de Rodrigo

El cortometraje Manuscrito de un mundo invisible es el primero que realiza Rodrigo Orozco, joven originario de Morelia que estudia en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
   Orozco tiene un gran talento artístico y realiza pinturas y esculturas que se inscriben en lo fantástico y aunque sus obras son bien apreciadas y actualmente se exhiben en una galería en California, fue desde siempre el mundo del cine el que más le atraía.
   Las ganas de crear de Orozco son evidentes y aunque considera que tiene muy mala suerte para los concursos sus propias acciones le han demostrado que el destino, si hay ganas y esfuerzo, puede forjarse a modo.
   Sobre su participación en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y un encuentro especial con Guillermo del Toro, el joven artista habló para PROVINCIA.

Los monos
“Es la primera cosa que hago de dirección, desde chiquito hacía monos. Siempre me gustaron las películas y cuando vi La comunidad del anillo, tenía 10 años de edad, y dije ‘¿cómo se le hace para trabajar en eso? Quiero dedicarme a eso’”, dijo Orozco.
   Posteriormente compró el DVD del citado filme y además de la historia hubo otra cosa que le llamó quizás un poco más la atención: el detrás de cámaras.
   “Fue de los primeros que duraban horas. Lo pausaba y veía cómo se hacían los dibujos y los copiaba. Siempre pensé en trabajar en las películas, quería dedicarme a algo así, y Manuscrito de un mundo invisible es el primer proyecto que hago”.
   Y aunque es su debut como director, Rodrigo Orozco ya ha estado involucrado en trabajos fílmicos de otros jóvenes creadores morelianos. “Me dicen que les ayude con las maquetas, los diseños, que les pinte un fondo, cosas más de cuates. Fue apenas que hicimos este para un concurso de los animales y del medio ambiente, el Ecofilm, y también quedó seleccionado en el Hazlo en corto”.
   En la charla también estuvo presente Juan Pablo Molina, quien hizo la edición de Manuscrito de un mundo invisible y es ya parte importante de todos los proyectos de Orozco.
   “Empezamos con una muestra que hizo en la Galería Pórtico. Él me había pedido que le ayudara con unas fotos de unas esculturas, le empecé a ayudar con las fotos y el diseño para promover también sus trabajos. Desde ahí empezamos a trabajar”, comentó Molina.

La trama
Manuscrito de un mundo invisible fue hecho pensado para la convoctoria del Ecofilm, un festival de cine que acepta trabajos sobre temas ecológicos y de conservación, es por eso que en el corto son unos gorilas y un mundo caótico los protagonistas.
   “Es un corto muy cortito, con todo y créditos apenas dura cuatro minutos”, dijo Orozco, sin embargo, ese detalle no aportó a la facilidad del proyecto y fue el audio lo que más se complicó.
   “Lo hicimos y quedó, aunque había algo raro pero como ya cerraba la convocatoria mandamos ese. Luego salió una convocatoria de un concurso que se llama Caminos de la Libertad y le cambiamos el audio… el audio lo cambiamos como tres veces y al final el del FICM es el primero que habíamos hecho”.
   Apuntó que la música fue un elemento que también tuvo varias modificaciones. Los temas, realizados por Juan Paulín, a quien Orozco considera ‘un maestrazo’, tuvieron que pasar por varias modificaciones para que quedaran tal cual la había imaginado.

—El corto dura menos de cinco minutos, ¿va a estar en la categoría Online del FICM?
No, no quise entrar en esa. En 2011 entré en un concurso también del FICM que era de cartel, subías tu cartel y online era la votación pero no gana el mejor sino el que es más popular en Facebook, el que tiene 3 mil amigos, y yo no soy de esos.
   Dije que no y como nos gastamos un dineral en el DCP que nos piden para la proyección digital, dije ‘si ya pagamos eso mejor lo vemos en el cine’.

—¿El FICM es el tercer festival en el que está el corto?
Sí, pero no ha ganado nada (risas). Fue padre porque en el Ecofilm lo proyectaron en el Museo Nacional de Arte; tampoco ganó nada pero es de los mejores museos del país, entonces sentí bonito.

—Ahora que ya hiciste tu primer corto, ¿haz pensado en buscar oportunidades además de en el arte, en el cine?
Es el sueño de mi vida. Estamos muy verdes, lo que sale en Manuscrito de un mundo invisible es lo que yo sé hacer de maquetas. Lo hicimos sin programa de captura de imagen, que es lo que se usa, lo hicimos sin pantalla verde y sin efectos visuales, todo lo que se ve está hecho, no tiene ningún truco de computadora. En ese sentido es  muy chato el corto, muy brusco, pero es parte del aprendizaje, cuando escribo algo digo ‘vamos a hacerlo corto’. Estábamos haciendo uno pero nos quedamos sin dinero. Trabajar en las películas, ser director y ver tu película en cartelera es el sueño de mi vida.

Unos chilaquiles con Del Toro
El pasado 11 de octubre Rodrigo Orozco inauguró en la Hyaena Gallery, ubicada en Burbank, California, una exposición de sus esculturas y pinturas titulada The spectral cave, una exhibición que se dio por intermediación de Guillermo del Toro.
   El contacto entre el famoso cineasta y el joven moreliano se dio luego de que el segundo no ganó un certamen al que había enviado una de sus piezas.
   “Hace un año había un concurso de la revista Cine Premiere. Los primeros cinco lugares que mandaran una figura de un Jaeger hecho por ellos ganaban un picnic con Guillermo del Toro. Tomé la foto de mi Jaeger, la mandé y no quedé pero dije ‘si va a estar ahí tengo que hacer algo’”.
   Y lo hizo. Realizó una de sus piezas para intentar mostrársela  a Del Toro, quien en ese momento estaba en plena promoción de la película Titanes del Pacífico.
   “Me llevé la escultura a la alfombra roja y me colé. Dije: ‘tienes de dos, ya estas aquí, o los policías te botan y ya no viste la película o igual y pega y le gusta’. Le di la escultura, le gustó y me invitó a almorzar”.
   La cita quedó en el restaurante del Hotel St. Regis a las 8:00 horas del día siguiente. “Le enseñé más trabajos y me dijo ‘mira, yo conozco una galería en Los Ángeles de un cuate que también le gusta el arte fantástico’”.
   Y aunque Orozco se dijo muy fan de Del Toro, la charla fluyó y el artista moreliano le comentó al cineasta que las piezas de toque fantástico no son bien apreciadas en la academia.
   “Tiende a verse como algo que ya se hizo, que no tiene trasfondo, que no va más allá. Realmente no es intención de uno buscar el hilo negro, es como otro tipo de inspiración, se ve muy surrealista, yo creo que es un proceso de creación en el que uno va encontrando su camino más que querer ser el diferente, es un camino, es una trayectoria que tú mismo vas manejando y me dijo ‘si te gusta lo fantástico ¿por qué tienes que hacerle caso a los maestros que quieren que hagas otra cosa? Allá hay una galería, le voy a mandar esto (le di unas fotos) y que te den una fecha para que expongas’. Eso para mí fue así como ‘wow, es Guillermo del Toro, me invitó unos chilaquiles y a parte se lleva mis fotos’, ya cuando se fue dije ‘capaz que me dijo puras mentiras porque me vio bien fan’”.
   Pero el temor de Orozco fue infundado, The espectral cave ya se inauguró y estará abierta en la Hyaena Gallery hasta el 3 de noviembre próximo.
   Pero en San Miguel de Allende también ha expuesto. “Pertenezco a una galería de allá que se llama Galería Diana, es de Pedro Friedeberg. Se vende bastante bien, he tenido suerte de que se venda allá, y quiero ahorrar lo que se venda en San Miguel y lo que se venda en Los Ángeles y hacer un corto con buena producción. Como ya aprendimos algo de Manuscrito de un mundo invisible, el que sigue quiero que quede de muy buen nivel porque sí es mi idea dedicarnos a las películas.

—¿En qué te inspiras para escribir o hacer tus piezas?
Yo creo que la gente con la que platicas a diario, la música que escuchas, los libros que lees, siempre vas en la calle pensando algo, obviamente tienes influencia de tu entorno. Del mismo Internet, ves muchas imágenes y de ahí también te alimentas bastante, puede ser muy nutritivo si lo sabes usar adecuadamente, es una muy buena herramienta, a mí me ha ido muy bien por medio del Internet. Me contactaron unas personas de Marruecos y tal vez vaya para allá a principios del próximo año. En Facebook le gusta a la gente lo que hago, me llegan comentarios positivos.

Además del Internet y su entorno inmediato, Orozco se dijo influido por la obra de Remedios Varo y de René Magritte, “la onda surrealista, sobre todo las mujeres del surrealismo me fascinan y la que más: Remedios Varo, ella es una persona que admiro mucho, es mi favorita por decirlo de alguna manera. También muchas veces me inspiro de una película o leo algo de un libro y en mi libreta me pongo a escribir y de repente imagino cosas, creo que es un círculo que se alimenta a sí mismo”.

—¿Ya tienes la historia para el siguiente corto?
Sí, ya tengo la historia, el story board y los personajes, los muñecos y cuadros de los muñecos ya están. Se llama La hora de los sueños. La música ya la tengo: La isla de los muertos de Rachmaninoff, la quiero meter ahí, creo que ya no hay derechos de autor.
   La maqueta inicial ya la hicimos, en total van a ser cinco. Estoy un poco nervioso por la exposición en Los Ángeles, el FICM y aparte tengo otra exposición en San Miguel el 4 de diciembre y si todo sale bien me voy a Marruecos, voy a llevar un portafolio y voy a dar unas clases de escultura. Ya que pase todo eso retomaremos el cortometraje, para hacerlo lo mejor que podamos.


Foto: Cortesía, Rodrigo Orozco

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