Bicentenario de la Constitución de Apatzingán
El nacimiento de México
Podría considerarse a José María Morelos y Pavón como uno
de los primeros y más destacados americanistas. Cuando escribió “Que la América
es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía…”
se refirió, según Juan Carlos Jiménez Abarca, director del Museo de Arte
Contemporáneo Alfredo Zalce (MACAZ), “en ambos sentidos: Tanto de la corona
española como de la monarquía francesa y además ese mismo sentimiento trata
acerca de la necesidad de independencia, autonomía y soberanía de todo el
continente, no solo de los territorios de la Nueva España”.
Hoy que se cumplen 200 años de la firma de la
Constitución de Apatzingán, se puede rescatar y revalorar la faceta legislativa
de José María Morelos, quien dejó claras sus capacidades en este sentido
también al escribir los Sentimientos de la Nación —documento cuyo bicentenario
se conmemoró en 2013—.
Jiménez Abarca comentó: “Lo primero de la Independencia
fueron las conspiraciones, después los llamados a las armas, pero llegó un
momento en el que se tuvo que organizar ese nuevo estado que pretendía emerger
y crecer. Me parece también que hay una faceta del Morelos humanista muy
concreta que además sería bueno dimensionar en términos de su educación, es
decir, en términos de su educación con Hidalgo y la relación que estos guardan
respecto al pensamiento de la Ilustración y hay una faceta de Morelos que es
irrenunciable: Su posición como miembro del clero, porque junto con la
declaratoria de independencia y soberanía de la América, pegadito, hay otro
artículo que dice que la Iglesia Católica es la única y verdadera sin
tolerancia a cualquier otra”.
Sacerdote y hombre de su tiempo, Morelos no se planteó
siquiera la libertad de culto, pero sí incluyó en la primera constitución del
país conceptos como la soberanía, que reside en el pueblo, el sufragio libre,
igualdad ante la ley, la presunción de inocencia mientras no se demuestre lo
contrario, la seguridad como garantía social, y “la libertad de hablar, de discurrir,
y de manifestar sus opiniones por medio de la imprenta, no debe prohibirse a
ningún ciudadano, a menos que en sus producciones ataque el dogma, turbe la
tranquilidad pública u ofenda el honor de los ciudadanos” (artículo 40).
Se esté de acuerdo o no con lo ahí escrito, la
Constitución de Apatzingán, más que un texto, se trata de un hito fundacional
del Estado Mexicano.
Imagen: cultura.nexos.com.mx
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