Entrevista con Vicente Quirarte

Spiderman, Juárez y Quirarte

Como parte de las actividades del Colegio Nacional en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Campus Morelia, esta semana se contó con la presencia del poeta, escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Vicente Quirarte, quien dictó la conferencia magistral Poética del Héroe. Su charla, compartió al público, estuvo basada en un manuscrito así titulado que se convertirá en libro, pero aún no sabe cuándo ni dónde.
   Su participación inició con una adivinanza que invitó a descifrar. Unas líneas sutiles y casi misteriosas hablaban sobre ese primer héroe del que decidió hablar: el Himno Nacional, canto identitario del que dijo también que es un maestro de historia por todo lo que dice en sus estrofas, que prácticamente nadie se sabe completas y que muchas veces se repiten sin reflexionar en ellas.
   El doctor Quirarte habló también sobre la mitología histórica y el rigor histórico, conceptos opuestos pero ambos necesarios para cimentar la conciencia del pasado y la tradición de una sociedad, objetivos primordiales de una historia oficial bien manejada porque, aclaró, una cosa es el culto a los héroes y otra muy diferente la retórica —generalmente por parte del Estado—, que los desgasta.
   “La palabra historia oficial siempre es peligrosa”, comentó Quirarte en entrevista para PROVINCIA,  “yo la manejé también, pero pienso que hay que verla con mucho cuidado, ¿cuál es la historia oficial? Puede ser la historia del partido en el poder, o puede ser también la historia que las escuelas transmiten, por eso es difícil. Yo creo que lo que tenemos que hacer es tratar de examinar todas las vertientes y encontrar nuestra verdad propia.
   “Pienso en un hecho histórico: la batalla del puente de Calderón, peleada por Hidalgo y perdida por el Ejército Insurgente comandado por Hidalgo. Carmen Vázquez Mantecón hizo un análisis de 20 fuentes históricas donde ninguna dice lo mismo, todas dicen algo diferente. Es importante que examinemos con base en un libro como ese de Carmen Vázquez, que un hecho histórico no es nunca lo que nos dice un solo historiador, tenemos que buscar todos los hilos para tratar de encontrar nuestra propia interpretación”.

—Para la historia no hay absolutos…
No, por eso yo desconfío de aquellos que se llaman historiadores sin serlo, que dicen: “Esta es la verdadera historia de México”, es que no hay una historia verdadera, hay que irla buscando, indagando, estudiándola y tratando de encontrar nuestra propia verdad.

   Quirarte instó a ver más allá de las estatuas, generalmente de bronce, que se hacen de los héroes nacionales y más que ver una representación hueca tratar de rescatar los valores que representan.
   “Miramos las estatuas pero no las observamos”, comentó, y recordó un poema de José Emilio Pacheco que abre diciendo que terminar inmortalizado en una efigie es una segunda muerte.
   “¿Para qué sirven las estatuas?”, escribió Pacheco, “Para dar/ Compasión a los árboles,/ Risa a los transeúntes,/ Letrina a las palomas y otras aves;/ Para que los airados/ Pinten las maldiciones al poder;/ Para que finalmente la derriben/ Y las hagan pedazos/ Las multitudes que en su furia son/ El gran juicio final,/ El veredicto de la historia”.
   El autor de Melville en Mazatlán abundó en que los héroes dan un ejemplo de permanencia y están en cada ciudadano aunque este no lo sepa pues sus herencias, citó a Carlos Monsiváis, son ocultas. Libertades como las de asociación, manifestación y circulación o el voto son posibles, recalcó, gracias a lo que hicieron los héroes.
   Estas figuras, añadió, trascienden su condición humana y se vuelven metáforas, pero el hecho de que hayan tenido errores y pasiones, es decir, que hayan sido humanos, no resta mérito a lo que lograron motivados por sus ideales.

La muerte a tiempo
De visita en Morelia, Quirarte no dejó de mencionar a José María Morelos, pero no ahondó en esta figura heróica porque, adelantó, regresará a la capital michoacana en septiembre próximo para presentar un tomo titulado Morelos en el arte en el que se revista la iconografía del cura de Carácuaro.
   A quienes sí se refirió fue Hidalgo y Juárez, a quienes calificó como héroe de fuego y héroe de tierra, respectivamente. Hidalgo es ígneo, dijo, porque fue el iniciador de un movimiento que terminaría por ser el génesis de una nueva nación, empresa que, sabía, no vería culminada.
   La palabra Hidalgo, abundó, ha cambiado de asociación e implicaciones según la época, en un tiempo era simplemente el nombre de un estado de la República, actualmente a esa palabra se asocia irremediablemente la frase Padre de la Patria.
   La calidad telúrica de Juárez la asoció, entre otras cosas, a que el nacido en Oaxaca nunca dejó el territorio nacional y la defensa que hizo de su soberanía ante la intervención francesa fue justamente para que no sucumbieran los cimientos de México como Estado.
   “Juárez parecía de bronce pero no lo convirtamos en bronce”, dijo Quirarte, y recordó que el mandatario que le hizo la guerra a Maximiliano hasta vencerlo, fue consumado fumador, diestro bailarín y padre de 12 hijos tan solo con Margarita Maza de Juárez, su esposa legítima. “Era un ser humano con todas sus cualidades y defectos”, pero eso no le resta, añadió, lo bueno que logró al seguir sus ideales. Además de lo anterior, sentenció, Juárez murió a tiempo.
   “El héroe siempre, en su evolución, tiene la característica de elevarse primero por encima de todos los demás y de ser rechazado por su comunidad, eso es una característica de los héroes, inclusive de los héroes reales y los inventados. Pienso en Alonso Quijano, Don Quijote ahora que Cervantes cumple 400 años (de muerto). Los héroes siempre son rechazados por su sociedad, lo que pasa es que cuando son héroes históricos el tiempo se encarga de juzgarlos.
   “En el caso de Juárez los últimos cuatro años de su gobierno fueron complicadísimos, la oposición se le fue encima y ya cuando muere hay toda una cerrazón de filas en torno a tratar de respetar la imagen del que se va. En general sí hay héroes que se mueren a tiempo y que no alcanzan a convertirse en esos seres deleznables que todos somos como humanos, que es lo que le pasa a Santa Anna, que tuvo una declinación muy penosa porque no murió a tiempo”.

Triple condición
Quirarte comentó también que hay tres tipos de héroes: el estético, el ético y el religioso, y aunque son condiciones bien diferenciadas se pueden encontrar las tres en la misma figura. Tal es el caso del ‘Che’ Guevara, los superhéroes de cómics o del mismo Miguel Hidalgo.
   “Un gran poder encierra una gran responsabilidad”, dijo el autor de Vergüenza de los héroes citando la sabiduría del universo de una de sus figuras heroicas de ficción: Spiderman.
   “Muchos héroes que yo tengo han nacido de mi lectura y mi devoción por el cómic”, comentó a PROVINCIA. “Pienso en el Spirit, este personaje creado por Bill Eisner que se hace el muerto, aprovecha esa condición de desaparecido para ejercer su autoridad, lo mismo que pasa con Sherlock Holmes, que es un héroe que permanece desde mi infancia, igual que otros personajes de comic que son Asterix y Obelix, que son fundadoeres de una tradición histórica importantísima. Pienso en ellos como fundadores de la vocación histórica de Alicia Mayer, ella dice que no hubiera sido historiadora si no hubiera leído las aventuras de Asterix y Obelix, y son cómics que yo releo constantemente porque son hechos con una gran interpretación de la historia y sí, tengo muchísimos héroes que me van acompañando a lo largo del tiempo. Indiana Jones, por supuesto, es un héroe que me guía constantemente porque sus enseñanzas son constantes”.

—¿Qué diría usted que es heroico actualmente?
La resistencia. Lo que dice Rubén Bonifaz en su Poema para los que llegan a las fiestas porque finalmente cuando habla de los armados son los que no tienen nada, los que no tienen nada que perder y esos son los auténticos héroes: el héroe cotidiano que nada tiene que perder y que por eso tiene que luchar para recuperar la dignidad que nos queda como especie.


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