Entrevista con la ilustradora Miren Asiain
Trazos y palabras
Ganadora de Iberoamérica Ilustra. VI Catálogo
Iberoamericano de Ilustración la española afincada en Argentina, Miren Asiain
Lora, habló para PROVINCIA sobre el galardón obtenido que es, dijo, un logro
inesperado.
“No lo esperaba. La verdad que ha sido una oportunidad
increíble para dar a conocer el trabajo, para darnos a conocer los
ilustradores. Mi sueño era poder quedar seleccionada en el catálogo y fue más,
así que estoy encantada”.
Un mundo interno
La serie de ilustraciones con la que Asiain fue
galardonada presenta paisajes brumosos en los que parece reinar el silencio. En
algunos portales de Internet, cuando se anunciaron los resultados, se
refirieron a las piezas como desoladas, sutiles y melancólicas, calificativos
con los que su autora estuvo de acuerdo.
“En realidad lo entiendo y no me sorprende tanto. La
verdad es que me gusta crear atmósferas y meterme en mundos. Supongo que
siempre hablo de mí en un modo un poco solitario, un poco egocéntrico (risas).
Hablo de mí y es algo íntimo lo que suelo crear. Me gusta jugar con eso.
—Pero puede haber puntos de comunión con alguien más,
aunque sea un pasaje y paisaje íntimo, ¿no?
Sí, por supuesto.
—¿Cómo es su proceso creativo, inspiración o
transpiración?
Hay veces que ya tengo una idea clara y con esa idea
sobre la mesa voy dejándome llevar un poquito. Otras veces es perderse e ir
encontrando algo. Siempre me gusta eso, dejarme llevar y perderme, porque
cuando trabajas sin tener cosas claras es cuando salen cosas más interesantes.
—En el caso de la serie ganadora, ¿cómo fue el proceso?
Primero empecé creando los paisajes y no tenía muy claro qué iba a surgir, pero
cuando los iba haciendo empecé a meter estos personajes que ahí aparecen. Casi
fue como meterme ahí adentro, fue como un pequeño viaje que me dediqué. Fue un
juego.
Asiain abundó en las atmósferas que crea en sus obras de
ilustración tanto personales como para el ámbito editorial e incluso para
empaque, como la caja del CD que diseñó para el grupo La Prima de Riesgo.
“Yo creo que eso siempre está muy presente en mi trabajo,
es lo que más me suele interesar: los matices, las atmósferas, lo que no se
dice, sugerir cosas. Con atención al detalle, y sobre todo que uno cuando lo
mira le gustaría que sucediese, de quererse meter dentro, que es lo que me pasa
a mí”.
—Es originaria de España y vive en Argentina, ¿la
migración ha influido en su trabajo?
No lo sé. Tal vez cuando creé la serie que ganó sí que me
sirvió el estar lejos de mi sitio, de Pamplona, de donde soy yo, porque estos
paisajes tienen relación con los paisajes de allá, de mi ciudad originaria. Me
parece que el estar extrañando eso puede ser que hiciese que me salieran las
ilustraciones. Siempre influye estar lejos de donde vive uno, ayuda a ver dónde estás, de lejos, y a conocer nuevas cosas también.
—A encontrar un lugar propio…
Así es. Uno toma distancia de donde es y ve las cosas de
diferente manera. De hecho también, a veces, me siento chiquitita como estos
personajes. Puede ser también tu vida que era antes, la ves desde lejos y te
ves chiquitita en la nueva ciudad. Todo tiene relación, yo creo.
En las piezas de la joven ilustradora es posible
encontrar pintura, collage e ilustración tradicional, una mezcla de técnicas
que, dijo, le permite avanzar.
“Tiene que ver con el proceso creativo. Lo que siempre
busco es abrir nuevas puertas, no quedarme estancada en algo sino dejarme
llevar y muchas veces la obra te va llevando a probar diferentes técnicas. Es
como un diálogo que tienes con la obra y la obra te pide cómo tiene que ser
formada”.
—También realiza retrato fotográfico además de en
ilustración, ¿en qué plataforma es más fácil captar la esencia de la persona?
Son cosas diferentes, no sabría decirlo. Con la cámara me
es más fácil y siempre me ha gustado ver y retratar bien a una persona, como
pillarle la esencia a la persona, y con la pintura busco las atmósferas. Son
cosas diferentes que están relacionadas.
—Realizó el diseño de unas cajas de CD, ¿cree que la
creación artesanal de objetos cotidianos y utilitarios es una forma de acercar
la gráfica y el arte a la gente otra vez?
Sí, yo creo que es muy importante y más ahora que está
teniendo más valor, pero a la vez se pierde. Es algo medio raro. Mucha gente ya
con todo lo digital deja de tener libros en sus casas, pero por otro lado hay
mucha gente que siente más amor por estos objetos. Por ejemplo, cuando hice la
cajita del disco, son piezas únicas que van numeradas y eso la gente lo valora
muchísimo.
—Se empieza a crear una suerte de fetichismo…
Sí, tal cual. Se empieza a valorar más.
—Acabó sus estudios en Argentina, ¿cómo ha sido su camino
como ilustradora en Latinoamérica?
En realidad el último año que hice de carrera en
Argentina fue el último año de Bellas Artes, y la ilustración en sí, en la
carrera, no estaba enfocada en ella. Sí que tuve una asignatura durante un
cuatrimestre, pero todo lo demás ha sido autodidacta porque a mí me encanta
eso: ver libros infantiles, libro-álbum, cómic… uno lo va adquiriendo por su
cuenta.
Asiain comentó que sí tiene relación con ilustradores de
España y conoce la obra de varios de Argentina, pero pese a ello indicó que no
hay forma de diferenciar tan tajantemente lo que se hace en uno y otro país.
“No sé decir sobre las corrientes que se hacen en cada
lugar. No sé si eso se puede detectar tan fácilmente porque me parece que ahora
tenemos acceso a la obra de los artistas por Internet o por lo que sea. Yo creo
que también ha habido una globalización en eso”.
—¿Diría que es sencillo ser artista o hay que nadar
contracorriente?
Yo creo que hay que nadar contracorriente. No es fácil.
Muchas veces está la cosa soñadora de la persona que dice: “Quiero ser
artista”, pero me parece que uno si quiere conseguir cosas, y si verdaderamente
ama lo que hace, tiene que trabajar mucho y todos los días estar ahí.
—¿Qué tan importante es la lectura para alguien que
ilustra?
La lectura siempre es importante, me parece, así puedes
descubrir nuevos mundos y ampliar todo tu mundo, tus ideas… sirve para
nutrirse. Es muy importante.
—¿Palabra e imagen deben estar siempre juntas?, ¿o la
imagen se puede sostener siempre por si misma?
Me gustan ambas. Tengo un libro que publiqué en 2012 y
ese libro lo hice todo con la imagen, iba contando con ideas y al final de todo
metí la palabra. Siempre la palabra la uso también como con gotero, pequeñas
dosis, simplemente para ayudar a hilar la historia. Tampoco soy escritora, ahí
está una cosa de tomar distancia y lo uso (la palabra) lo justito para
ayudarme.
Comentarios
Publicar un comentario