Comentario sobre el libro Antes de decir adiós
Un regalo letra por letra
La frase “Nada es seguro, solo la muerte”, se escucha
muchas veces y aunque parece una línea llena de madurez, resignación y profunda
sabiduría de vida, la mayoría de personas que la dicen se santiguan luego de
decirla o tocan madera (en algunos casos ambas cosas).
Reconocer lo inexorable de la muerte es algo que se hace esperando
que no llegue nunca y la negación que deriva de esto, en muchos casos hace que se
posterguen cosas importantes, que se deje para después lo que realmente
importa.
De todo lo anterior da cuenta Antes de decir adiós
(Océano), un libro escrito por Susan Spencer-Wendel, una periodista
estadounidense que sabía que tenía una vida privilegiada y feliz sin embargo
experimentaba una dicha ‘en automático’, no fue sino hasta su diagnóstico con Esclerosis
Lateral Amitrófica (ELA) o Enfermedad de Lou Gherig, cuando decidió aprovechar todo
eso que tenía durante el último año de movilidad que le quedaba.
Se trata de un testimonio real en el que una activa mujer
que trabajaba 40 horas a la semana tuvo que parar y redimensionar su rutina y
existencia, su historia familiar y biológica, y dejar de postergar lo que
realmente quería hacer: “Viajes cuyo hacer fue mejor que soñar”, como expresa
en la introducción del libro.
La ELA es un transtorno neuromusuclar por el que los nervios
de los músculos y los músculos dejan de funcionar, se trata de un mal
progresivo que inicia en un músculo cualquiera y se extiende por todo el cuerpo
debilitando a quien la padece hasta paralizarlo por completo; generalmente entre
tres y cinco años después de los primeros síntomas el paciente muere. No hay
que olvidar que el corazón también se compone de músculos.
Antes de decir adiós se convierte en un testimonio fuerte
y triste pero a la vez esperanzador y hasta divertido narrado en primera voz de
alguien que tuvo que enfrentar la ‘hipotética’ pregunta que muchos se hacen:
‘¿Qué harías si solo te quedara un año de vida?’.
Para la autora la repuesta no fue sencilla pues no tenía
la seguridad de que podría seguir respirando por si sola o no luego de que
pasaran esos 12 meses.
Fue para Susan un año intenso, no solo por todos los
viajes que hizo sino además porque poco
a poco perdió la capacidad de realizar cosas que parecen tan sencillas y
rutinarias como hablar, comer, vestirse o ir al baño por si misma. Todas lo
anterior fue ya imposible para ella al terminar de escribir su libro.
A un dedo
La publicación es un regalo de amor escrito primero en un
iPad, después en un iPhone ‘picoteando’ el teclado táctil con el pulgar
derecho, el único dedo con movilidad aceptable con el que cuenta la autora. El
libro es un regalo letra por letra para su familia pero principalmente para sus
hijos.
El lector puede estar tranquilo, Antes de decir adiós no
se trata de una historia lacrimógena de una mujer moribunda que usa su
condición con chantaje emocional con sus allegados ni para ganar adeptos en
esta época en la que de todo se hace un show morboso, por el contrario, con su historia
personal (tan increíble y enredada como una película de Hollywood), cualquier
lector puede sentirse identificado, no en las situaciones específicas por
supuesto, pero sí en los sentimientos y la forma de afrontar situaciones
inesperadas.
No se debe esperar a un diagnóstico fatal para empezar a
vivir la vida que siempre se ha deseado, a decir lo que se ha sentido por años o
a indagar para esclarecer una duda que no lo deja en paz; la luz genera sombras,
siempre hay un lado desagradable en lo agradable y viceversa, ese aprendizaje es
el que busca dejar Susan Spencer-Wendel antes de decir adiós: “Acepta la vida
como es. Lucha y esfuérzate, pero acepta. No obligues al mundo a ser el que
sueñas”; para lograrlo bastará recordar la frase con la que termina el libro:
“No llores porque llegó a su fin. Sonríe porque sucedió”.
El mensaje complementario al título del libro dice: “Un año de vivir con alegría”, una línea que el lector puede hacer su lema personal, después de todo, con o sin ELA, nunca se sabe si quedan más o menos de 12 meses de existencia.
El mensaje complementario al título del libro dice: “Un año de vivir con alegría”, una línea que el lector puede hacer su lema personal, después de todo, con o sin ELA, nunca se sabe si quedan más o menos de 12 meses de existencia.
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