Comentario sobre el libro Como de la familia

Señora A

A estas alturas ¿quién puede decir con certeza qué actores conforman a una familia? La imagen casi idílica de hijos felices, padres sonrientes y mascotas bien cuidadas hace mucho que dejó de ser la regla para dar paso a que la llamada ‘célula básica de la sociedad’ se convirtiera en un espacio en el que se busca refugio y se cultivan los afectos sin excluir ninguna de sus variantes.
   Tíos, tías, abuelos y primos aparecen ahora también en la foto familiar y comparten casa y sentimientos.  Sin embargo, el lazo sanguíneo no lo es todo y entran en juego otros factores y otros actores que son ‘como de la familia’.
   Ya sea una mascota o un ‘pariente adoptivo’, hay otros involucrados e invitados a formar parte de ese núcleo en el que, casi siempre, priva el respeto, la confianza y el cariño.
   Lo anterior es el tema base que toca Como de la familia (Salamandra) del escritor italiano Paolo Giordano, también autor de La soledad de los números primos y El cuerpo humano. El joven literato, convertido en fenómeno luego del gran éxito de su novela debut, sigue por los vericuetos de los afectos y entrega nuevamente una trama íntima que, sin embargo, encuentra fácilmente puntos de coincidencia con aquel que, página tras página, la atestigua.
   Un embarazo difícil, el cáncer y las crisis ocasionadas por el desgaste de la convivencia diaria son parte de la historia narrada por Giordano, temas que, sin duda, encontrarán eco en la cotidianidad de más de algún lector.

La testigo
Con la misma imperiosidad con la que llega a su vida, se va. En las primeras líneas del libro queda asentada con claridad y contundencia la partida física de la Señora A cuya muerte es el culmen de un ciclo y el arranque de otro, en el que la familia de la que formó parte pueda equilibrarse mejor.
   Un joven matrimonio espera encontrar la felicidad doméstica en un camino alejado de convencionalismos. Así como buscan iniciar su familia, con el mismo ahínco quieren escribir sus propias reglas. No es sencillo. Se dan cuenta de que necesitan ayuda externa para que pueda llegar un hijo y con ello poder llamarse, con toda regla, familia. 
   Nora, la novel esposa y futura madre, se enfrenta a la pesadilla de un embarazo difícil . Es ahí que entra en la escena la Señora A y es por sus cuidados que todo resulta de la mejor manera. Es justamente por un alumbramiento que nace también el afecto y la necesidad de ese cuarto miembro no sanguíneo en el recién estrenado núcleo familiar.
   La Señora A, apodada ‘Babette’ —el lector descubrirá pronto el porqué del mote— se convierte repentinamente, y sin chistar, en la testigo perfecto y necesario para que exista y se valide ese nuevo grupo afectivo iniciado por Nora, su marido y su hijo. El trío necesita ser cuarteto para tener cuatro patas sobre las cuales estabilizar su existencia.
   Día a día se construye un lazo íntimo y lejano a la vez. ‘Babette’ es la asistente pero también la amiga; la nana pero también hace las veces de abuela; la invitada en las ocasiones especiales que no se deja atender y termina metida en la cocina.
   La joven familia tiene un miembro extraño en sus maneras, cercano en sus afectos, ambivalente en sus roles pero, a pesar de todo o quizás justamente por ello, sencillamente necesario. ¿Le parece conocido?

Radiografía
Medios italianos como Corriere della Sera y La Stampa han elogiado Como de la familia, tercera novela de Giordano, y señalado la belleza del personaje de la Señora A y la profundidad psicológica de la narración que abre de par en par la puerta de la casa de esta joven familia para mostrar la severidad y complejidad de un entorno íntimo. Vanity Fair se sumó a los aplausos y destacó la sensibilidad del autor para detectar los cambios en los estados anímicos y afectivos.
   Lo cierto es que Giordano, en apenas 139 páginas, desmenuza varias situaciones que quizás tomarían años de trabajo en el despacho de un psicólogo. Con honestidad casi brutal muestra cómo cuando se trata de sentimientos nada es definitivo y en donde parece no pasar nada en realidad pasa de todo.
   Es el marido de Nora, el protagonista masculino, la voz narrativa de esta historia, quien se convierte en un observador tanto activo como ajeno de lo que pasa en su casa y en su vida. Atestigua la relación entre las dos mujeres de su vida: su esposa y la Señora A, pero también presenta los recovecos de su propia interacción con ‘Babette’ quien es de cercanía no manifiesta y de complicidad sobreentendida. Al fin mujer de otra generación, la señora A tiene como parte de sus verdades absolutas que al jefe de familia, al que paga las cuentas, hay que darle un trato esmerado y especial.
   Il nero e l’argento (su título original) no presenta cronológicamente sus aconteceres, lo que mantiene el interés del lector hasta el final. Que la Señora A murió y cómo fue que llegó a casa de Nora y su marido se descubre pronto, pero muchos huecos en ese rompecabezas literario cuyas piezas hay que buscar en el amasijo de letras y páginas del tomo.
   La primera página de Como de la familia presenta el final de la vida de ‘Babette’, pero está muy lejos de mostrar su complejidad personal y su simpleza y contundencia al tratar con su familia adoptiva y darles, a veces con brusquedad, las respuestas obvias y prácticas a los problemas que la aquejan.
   Es lo anterior uno de los logros de Giordano, mostrar que no siempre es certera y efectiva la vieja frase de “la ropa sucia se lava en casa” y, por más como de la familia que sea alguien, no deja de ser un extraño —al menos para la biología— y por lo tanto un testigo más objetivo cuya mirada menos apasionada permite análisis y sentencias quizás más adecuados.
   Y así como ‘Babette’ llegó a esa casa y familia que no eran suyas, la enfermedad entra sin anunciarse y amenaza el equilibrio de ese espacio. Cansada, la Señora A se retira y el cuarteto vuelve a convertirse en trío. Nora, su marido y su hijo descubrirán que tendrán que hacer de todo para las tres patas que quedaron puedan sostener la mesa sobre la que están dispuestos sus sentimientos y con ellos su realidad.
   La decadencia en la que entra con mayor celeridad el cuerpo de la Señora A es reflejo de la que podría darse en la relación de Nora y su marido, y así como nadie esperaba que la fatalidad golpeara a ‘Babette’, la separación de pronto aparece como una opción deseable.
   La Señora A ayudó a que iniciara la familia que ahora se tambalea. Su final físico parece ligado al de ese entorno que le perteneció, sin embargo, como ya dijimos, cuando se trata de afectos nada es inamovible y quizás desde su lecho de muerte ‘Babette’ pueda, nuevamente, hacer la diferencia y que todo, incluida su propia muerte, tenga una salida digna.
   La soledad de los números primos, primera novela de Giordano, fue llevada al cine, un medio y lenguaje que el escritor, según ha dicho en entrevistas, disfruta mucho, por lo que no es de extrañar que el estilo fílmico haga presencia en sus creaciones literarias.
   Así como en las películas es necesario esperar a los créditos finales para descubrir la respuesta a la pregunta que nos ha fustigado durante toda la historia si quiere saber cuál es el nombre de la Señora A, espere, espere un poco más allá del final.


Foto: Tomada de http://www.oceano.mx/


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