Entrevista al escritor Carlos Calles
Las posibilidades del caos
Crear un mundo caótico
y represivo a 700 años de distancia en el que la constante es la falta de agua,
el control de las emociones y la escasez de alimentos le tomó casi un año al
escritor regiomontano Carlos Calles.
Ese entorno
terrible es presentado en su nueva novela titulada La ilusión del caos, que
resultó elegida para publicación en una convocatoria presentada por la
Editorial Edebé.
De los 394
manuscritos que llegaron de 19 países se eligieron únicamente siete, entre
ellos el presentado por Calles con Carmela y Oriol como personajes principales y
con una trama dirigida al público juvenil pero con una lectura más allá de la
simple aventura y la historia de amor.
En entrevista para
PROVINCIA, Calles señaló sobre la gestación de este mundo distópico creado en
las páginas de su nueva novela.
“La idea original
surgió en noviembre de 2012 mientras investigaba sobre el supuesto fin del
mundo del 21 de diciembre. Todavía no tenía forma ni estructura, solamente
tenía la pregunta: ‘¿Cómo sería la vida humana si, por el cambio climático, 95
por ciento del planeta estuviera cubierto por agua?’”.
La respuesta a ese
cuestionamiento fue la historia de unos jóvenes que deben enfrentarse a un
escenario nada ideal y luchar por vivir, sobrevivir y sentir.
-La novela está
dirigida al público juvenil pero ¿hay, además de la historia de amor otros
niveles de lectura más allá del mero divertimento de las aventuras de los
protagonistas? Aparece también un trasfondo social, ¿se puso con toda
intención de hacer reflexionar o sirve únicamente como telón de fondo para
Carmela y Oriol?
Sin duda existe el
trasfondo social. Para mí la novela trata, sobre todo, de la lucha de Carmela
por entender la condición humana; siendo el amor solo una parte del todo. La
novela también discute la relevancia del arte, las relaciones familiares, el
rol del gobierno como legislador y, claro, nuestra incapacidad actual para
reaccionar ante las catástrofes climáticas.
De lo más divertido
para mí durante el proceso creativo fue la investigación. La novela tiene
elementos de ciencia ficción, pero mucho es especulación fundamentada sobre el
futuro. Desde la forma en que cambiaría la alimentación -el territorio es
escaso, así que la práctica agrícola se reduce a algo similar a los cultivos hidropónicos
actuales-, la pesca cobra mayor importancia pero con el calentamiento de los
mares desaparecen especies comunes, como el salmón. El atún, sin embargo,
sobrevive por su capacidad de modificar su temperatura corporal, hasta el manejo del agua a través de presas y
diques, que también juega un papel central en la novela.
Me interesa mucho
no subestimar al lector joven; lo trato con respeto y le pido una lectura más
allá de lo superficial. Por eso la historia de Carmela y Oriol es más compleja
que solo la búsqueda del amor: es la lucha de Carmela contra el mundo, y a la
vez es la lucha de todos, nuestra lucha, contra el mundo.
Carlos Calles
también es autor de El polvo que se acumula en los objetos (2013) una novela de
temática muy actual en la que la deslealtad, la conveniencia y las pasiones arrebatadoras
son parte de la realidad del trío de personajes centrales –que viven en cierto
modo un triángulo amoroso-.
-En su libro
anterior se presentó una trama de problemas muy postmodernos, digamos, ¿fue
difícil este cambio de narrar una realidad que podría pasarle al vecino a una
que está a 700 años de distancia?
Creo que el reto
principal fue retratar el mundo del futuro sin explicárselo al lector, es
decir, mostrárselo y presentárselo con naturalidad. Por lo demás, la novela
requirió investigación seria, fue leer mucho acerca de las consecuencias del
cambio climático, la elevación del nivel de los mares, el derretimiento de los
polos y estimar su impacto real en el futuro.
Este tipo de
literatura está creciendo, en Estados Unidos ya le llaman Cli-Fi (Climate
Fiction) y creo que es importante cultivar el género por lo que nos puede
explicar acerca de lo que nos espera: no solo en 700 años, sino a mitad del
siglo XXI, cuando Bangladesh pierda 20 por ciento de su territorio y las islas
Kiribati desaparezcan, en total dejando sin tierra a más de dos millones de
personas.
-El polvo que se
acumula en los objetos tuvo una presencia importante como ebook, ¿La ilusión
del caos va a salir, además de en impreso, también en digital?
Lo ignoro, pero
Editorial Edebé tiene cierta presencia digital, así que no descarto la
posibilidad.
El autor
regiomontano se dijo afortunado por la selección de su nuevo libro por parte de
la Editorial Edebé ya que lo liberó la presión de estar buscando el espacio
para darlo a conocer.
“No tuve que buscar
mucho para encontrarle una casa a La ilusión del caos. Eso me motiva mucho
porque, además, la editorial tiene presencia internacional y han publicado a
varios autores importantes en el medio de la literatura infantil y juvenil como
Jordi Sierra i Fabra, Maite Carranza y Elia Barceló”.
-¿Con La ilusión
del caos termina la historia de Carmela y Oriol o hay posibilidad de que sea
una serie?
En efecto, La
ilusión del caos es sólo la primera parte. Todavía no tengo claro si serán dos
o tres libros. La ilusión del caos termina con un punto de quiebre para los dos
personajes, y eso da pie a la historia en el segundo libro.
-¿Ahora se va a
enfocar en el proceso de publicación de la novela o ya está sobre otro proyecto
literario?
Estoy trabajando en
dos proyectos. El primero es mi siguiente novela, Los héroes mueren primero
(título tentativo), que escribo con el apoyo de la beca PECDA otorgada por el
Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte) y el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y debe de estar lista para
finales de año.
También estoy
coeditando una antología de escritores jóvenes bajo el sello de Resortera
(resortera.mx), una iniciativa que dirijo para impulsar y difundir la escritura
de autores jóvenes. Esta antología será una coedición con la Casa del libro de
la Universidad Autónoma de Nuevo León y se publicará en octubre. Estamos
afinando los últimos detalles, entre ellos el título de la antología.
-¿Cómo ve el ámbito
literario contemporáneo en Monterrey?, ¿hay mucha producción?, ¿tiene relación
con otros escritores jóvenes como usted?
Me parece que está
creciendo, aunque todavía falta para llegar al punto de la consolidación. Son
pocos los escritores regios que publican a nivel nacional o internacional,
mucha de la producción se queda en ediciones universitarias o de Conarte, el
organismo estatal de cultura. Por ningún motivo esto significa que la
literatura sea mala, al contrario, diría yo, solo que falta impulso y
proyección.
En particular me entusiasma la literatura de los escritores menores de 40 años; en general hay una preocupación por conocernos, leernos y apoyarnos. Algunos nombres, por si te sirven: Antonio Ramos Revillas, Vanessa Garza e Isadora Montelongo en narrativa, Iván Trejo, Óscar David López y Xitlally Rivero en poesía, entre otros. Creo que la producción literaria de Monterrey está en un momento sano, pero lo mejor está por venir.
En particular me entusiasma la literatura de los escritores menores de 40 años; en general hay una preocupación por conocernos, leernos y apoyarnos. Algunos nombres, por si te sirven: Antonio Ramos Revillas, Vanessa Garza e Isadora Montelongo en narrativa, Iván Trejo, Óscar David López y Xitlally Rivero en poesía, entre otros. Creo que la producción literaria de Monterrey está en un momento sano, pero lo mejor está por venir.
Comentarios
Publicar un comentario