Entrevista con el escritor Marcos Chicot

Una fórmula perfecta

Se dice que cuando las cosas se hacen con amor es prácticamente imposible que salgan mal. El caso del autor español Marcos Chicot bien podría ser ejemplo de ello.
   Licenciado en Psicología Clínica así como en Económicas y en Psicología Laboral, ahora es un escritor a tiempo completo impulsado por el nacimiento de su hija, Lucía.
   “En 2009 nace mi primera hija y nace con síndrome de Down, y entonces preocupado por su futuro digo ‘¿qué es lo que puedo hacer para  apuntalar más su futuro?, yo no sé cuánto tiempo voy a estar aquí, en cualquier caso no va a ser siempre, ella es improbable que se gane la vida con un trabajo, ¿qué puedo hacer para asegurar su futuro?’ Y es cuando pensé ‘mira esta idea que tenía yo de esta novela, que creo que puedo hacerla, tengo mas motivación que nunca y más interés que nunca por hacerlo y de este hecho voy  a sacar la energía para escribirla, para hacer la mejor novela que sea capaz’”.
   Comentó en entrevista para PROVINCIA que luego de tomar esa decisión dejó sus trabajos como psicólogo y economista para dedicarse de lleno a poner en papel una historia que había pensado desde 1989: El asesinato de Pitágoras.
   “Estaba manejando carteras de clientes y demás, les llamé, les dije que los movía a otro sitio, llamé a las clínicas con las que colaboraba, les dije que no me pasaran más pacientes, que iba a estar dos años dedicado a escribir esta novela.
   “Al final no fueron dos años, la acabé en dos años pero pensé que todavía podía mejorarla y fueron tres años finalmente y los tres años así, dedicado solo a escribir esta novela, de Sol a Sol, no hacía otra cosa más que ocuparme de mi hija y escribir y ya tenía en mis manos la mejor novela de mi vida, una novela que yo ya no podía mejorar, otro escritor igual sí, yo desde luego no, y fue cuando dije ‘¿qué hago con ella?’”.
   El nacido en Madrid decidió enviar el manuscrito de El asesinato de Pitágoras al Premio Planeta, concurso en el que quedó como finalista con ese apasionante thriller histórico que hace viajar al lector a la Grecia del año 510 antes de Cristo.
   “Me dijeron que les gustaba mucho pero que al ser yo no conocido no la publicaban y entonces fue cuando la pasé a Internet, dije ‘está esto’. Había visto que en Estados Unidos funcionaba muy bien para algunos escritores, la puse en abril del año pasado y en mayo se convirtió en el ebook en español más vendido del mundo.
   “Entonces me llaman editoriales, ahora sí, de todas partes —de Asia y de Europa, una locura— y fue cuando me senté y al final llegamos a un acuerdo con un grupo italiano que se llama Mauri Spagnol, que tiene una editorial española que se llama Duomo y entonces acordamos el lanzamiento tanto en España como en Italia y Latinoamérica de la novela”.

El inicio
Al ser el autor del ebook en español más vendido del mundo, Marcos Chicot tiene mucho qué decir sobre Internet y en Internet.
   En su sitio web comparte con sus lectores parte de su historia personal y, en una sección especial llamada La historia detrás de la novela, del libro que ahora llegó a México de la mano de editorial Oceano.
   “(De) escribir llevo unos 20 años ya, la primera novela la acabé en 1997, la de Oscar, y desde entonces he estado escribiendo siempre como hobbie profesional, pero cuando llevaba 15 años escribiendo —ya había ganado algunos premios— con cada novela intentaba ser más ambicioso y que fuera más atractiva, más completa y más interesante, tenía la idea de escribir una novela así, pero como digo, al principio no me sentía capacitado, luego pensé que empezaba a estarlo pero sabía que requería más tiempo, que no podía escribirla como un hobbie profesional.

En una carta al final de la novela señala que las fuentes bibliográficas sobre Pitágoras resultaron en algunos casos confusas o contradictoras, ¿cómo fue el proceso de selección?
Lo primero que hago en las fases de documentación de mis novelas —que es lo primero que hago cuando escribo una novela— lo único que hago es acumular datos, sin prejuicios, sin juzgar qué voy a coger y qué no, lo que hago es estudiar todo lo que existe. Me hago resúmenes, me hago apuntes, me hago una serie de documentos donde lo voy ordenando todo, y una vez que ya lo tengo todo es cuando tengo que empezar a decidir y me doy cuenta si hay fuentes contradictorias, cuál parece más verosímil, cuándo hay lagunas históricas en las fuentes, qué es lo más probable que ocurriera en esos periodos que no conocemos.
   Una vez que ya tengo todo, sí (debo) decidir cómo lo construyo, con qué me quedo, cómo lo relleno y a partir ahí, con toda la historia reconstruida, digamos, es cuando introduzco también algún elemento de ficción, un personaje que vaya uniendo diferentes hechos también para dar un poco el ritmo trepidante propio de un thriller, porque como digo en la carta, creo, igual que estoy empeñado en escribir una novela muy interesante —y en este caso creo que Pitágoras y la antigua Grecia lo es— también estoy empeñado en escribir novelas muy entretenidas, entonces a veces eso requiere un hilo de ficción, como digo, para darle un poco más de dinamismo y para unir los diferentes hechos también sin ser nunca contrario a lo que conocemos. Siempre intento crear una realidad o una historia dentro de lo desconocido lo más verosímil posible.

¿Podría poner en números el porcentaje de ficción y de realidad del libro?
En números sería difícil. Yo diría que la novela tiene como varias dimensiones, una es la parte de thriller que sería la más superficial, en el fondo está la doctrina de Pitágoras y en medio tenemos un poco el contexto y el decorado.
   El contexto, el decorado y los principales acontecimientos: las guerras, las batallas, las tensiones políticas y la expansión geopolítica, eso es 100 por 100. La doctrina de Pitágoras también es 100 por 100, yo no me he inventado nada sobre el pensamiento ni sobre quién era Pitágoras; la parte de ficción está en los hechos cotidianos, en que haya habido una conversación concreta o el modo en que se ha desarrollado un crimen en particular, digamos que está en los detalles, porque los detalles no los podemos conocer o la descripción exacta de los personajes más allá de lo poco que nos diga la historia.
   La base es 100 por 100 histórica y ya los detalles es donde introduzco los elementos de ficción, cuando hay un hecho relevante eso es histórico, el lector puede quedarse tranquilo en el sentido de que está aprendiendo quién era Pitágoras, su comunidad y el mundo de la Magna Grecia.

Ganador del Premio de Novela Francisco Umbral por Diario de Gordon en 1998 y del Premio Internacional Literario Rotary Club en el 2000, Chicot también ha quedado finalista en galardones como el Max Aub, el Ciudad de Badajoz y el Juan Pablo Forner.
   La selección en las señaladas distinciones da cuenta de la calidad en el trabajo del autor, cualidad que se ve beneficiada por el enfoque prácticamente obsesivo que tiene al documentarse para desarrollar una historia.
   En el caso de El asesinato de Pitágoras señaló que estuvo trabajando con 20 personas (10 hombres y 10 mujeres) para revisar el texto antes de su participación en el concurso ya señalado.
   “Lo que busco con los correctores, más que errores y contradicciones —que en ese sentido le doy yo tantas vueltas y soy tan obsesivo y minucioso, que es difícil que se me escapen errores importantes—, sobre todo es entender la reacción. Intento entender qué efecto se produce en la mente del lector respecto al efecto que yo intento traducir, en mi cabeza ocurre algo, lo traspaso a palabras y luego las palabras se recrean en la mente del lector y si no produce exactamente el efecto que yo quiero, eso lo veo dándolo a leer.
   “Lo doy a leer y digo ‘dadme vuestras impresiones’, o sea, no les digo dadme errores, no es ese tipo de edición lo que estoy buscando, estoy buscando lectores analíticos que sean capaces de ver en detalle también por qué están pensando cierta cosa, no que te digan ‘la novela está bien’, ‘la novela está mal’, no, en detalle, cada personaje, ‘dime lo que te ha parecido’ y así entender al lector final, porque lo que quiero a fin de cuentas es que el lector final, por una parte, disfrute y se entretenga mucho y por otra parte lo comprenda todo sin necesidad de esfuerzo, no hay nada que diga ‘esto no lo entiendo, esto no lo he comprendido, este personaje no sé por qué actúa así’”.

En la carta al final del libro también menciona que el dominio del Teorema de Pitágoras que tiene el villano de la historia y cómo lo usa en realidad es algo que usted descubrió, ¿qué otros conocimientos o rasgos comparte con ese personaje?
Bueno, de algún modo todos los personajes son creaturas tuyas, entonces es fácil que tengan elementos tuyos, yo los utilizo, me conozco, me intento conocer bien, yo soy psicólogo clínico, entonces me conozco a mí mismo y también intento conocer profundamente a muchas personas, no solo pacientes que haya tratado, sino a la gente en general y ese conocimiento de la psique humana, de la personalidad, lo intento aplicar.
   Creo que no lo menciono en la carta pero es una de las cosas que se ven en mi página web, a los principales personajes de la novela yo les he aplicado unos test y he sacado su perfil de personalidad para cada uno de esos personajes, tengo una valoración y eso me permite saber cómo van a actuar en una situación determinada. Si tenía dudas recurría a ese perfil —que como psicólogo clínico es una herramienta muy precisa y con la que estoy acostumbrado a trabajar— para darles coherencia a lo largo de la novela, para que un personaje no cambie de una forma injustificada del principio al final.
    En la trama de El asesinato de Pitágoras tienen un papel importante —aunque no se abunda mucho en el tema— los números irracionales (los que no pueden representarse en fracciones) que fueron catastróficos para la doctrina del gran pensador.
   Y aunque mucho se ha hablado del ebook como amenaza, Marcos Chicot no cree que este pueda tener un alcance tal como para acabar con los tomos impresos.
   “El libro electrónico sigue siendo un mundo nuevo y un gran desconocido para muchos y como todo lo desconocido produce un poco de recelo y de temor incluso.
   “Los números irracionales efectivamente los menciono en la novela —los menciono ligeramente porque, claro, no puedo ponerme a profundizar en estos temas porque entonces ya no sería una novela entretenida—. Supusieron una paralización en el avance del conocimiento de la época, incluso se dice que durante 50 años se paralizó la actividad creadora debido a ese abismo, a ese temor al infinito que produjo su descubrimiento, (con) los libros digitales no va a ocurrir eso, de hecho no está ocurriendo eso.
   “Lo que sí ocurre es una pequeña revolución a la que hay que ir adaptándose, un avance muy rápido al principio que supongo que luego se estabilizará, pero no creo tampoco que sea ni una destrucción masiva ni un cambio total. Creo que van a convivir durante muchísimo tiempo el libro electrónico y el libro de papel, está habiendo una incorporación rápida porque hay gente que tiene más tendencia a adaptarse a eso pero luego ya será cuestión de generaciones que la cosa siga avanzando, hay mucha gente, la gran mayoría, que le sigue gustando el libro de papel y el libro de papel va a seguir siendo el soporte mayoritario durante mucho tiempo”.

¿Personalmente qué formato prefiere?
Prefiero el papel como lector y como escritor. Como escritor desde luego porque ya tengo unos años y toda la vida he estado viendo el libro de papel, tengo mi biblioteca y siempre me recuerdo con un libro en las manos, un libro de papel, estoy acostumbrado a verlo, a tocarlo y me encanta.
   Es cierto que también intento conocer el libro electrónico, pero si me tienes que decir dónde está mi corazón, mi corazón está en el libro de papel.

La historia sigue
Pero no todo termina en El asesinato de Pitágoras. Marcos Chicot ya prepara La hermandad, un libro que conformará una serie con el primero, aunque de una manera poco usual.
   “Creo que va a resultar un poco sorprendente porque, por una parte sí es continuación, es cierto que algún hilo de trama se despliega y algunos protagonistas siguen, (pero) también es cierto que aparecen protagonistas nuevos. No he querido repetirme, quería escribir una novela de Pitágoras, una novela en la que resucitara a Pitágoras y una novela del mundo griego, su pensamiento, y eso es lo que he hecho con El asesinato de Pitágoras, si alguien quiere volver a leer una novela sobre eso lo que tendrá que hacer es volver a leer El asesinato de Pitágoras porque La hermandad no va a ser una novela en la que vuelva a hablar de todo el pensamiento de Pitágoras.
   “En La hermandad introduzco elementos nuevos y protagonistas nuevos con dos objetivos: que a mí me resulte muy interesante, y al lector yo creo que le gusta aprender cosas nuevas, no creo que quiera que le recree los mismos mundos, personajes e ideas. Sí es cierto que va a encontrar mismos personajes y parte de un mundo similar (pero) también va a encontrar tanto personajes nuevos como ideas completamente nuevas, hasta el punto que diría que en parte es incluso un cambio de género lo que voy a abordar con La hermandad”.
   El asesinato de Pitágoras y La hermandad, dijo Chicot, forman una serie pero son también historias autoconclusivas, es decir, todos los hilos de trama se cierran y los tomos se pueden leer de manera independiente.
   “Sí es mejor leer primero El asesinato de Pitágoras y luego La hermandad, pero se podría leer solo una de ellas o se podría leer primero La hermandad y después El asesinato de Pitágoras”.

¿Tiene planeado visitar México?
A mí me gustaría. Para el año que viene la editorial me está hablando de la posibilidad de una gira a principio de año, también es cierto que yo a la editorial siempre que me plantea giras y viajes le digo que no se le olvide que yo tengo una niña de 4 años y un niño de 1 año, entonces tampoco puedo ausentarme demasiado tiempo de casa. Estamos ahora mismo en eso, planificando y cuadrando agendas.




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