Reseña de Los amantes bajo el Danubio

Amar en el subsuelo

Que de un momento a otro se destruyan las certezas del contexto en el que se existe es sin duda devastador, pero cuando eso pasa con las convicciones del mundo personal e interno no hay manera de expresar la magnitud del cataclismo y rehacerse con los escombros que quedaron es prácticamente imposible.
   Los amantes del Danubio (Planeta), la nueva novela del escritor argentino Federico Andahazi, presenta al lector una hecatombe doble: la del mundo y la de los sentimientos. Fiel a su estilo, el también autor de El anatomista realiza una reconstrucción histórica de la Budapest ocupada por los nazis, sin embargo, el protagonismo está en lo que pasa de puertas adentro en la casa de los Persay. Es, digamos, una historia pequeña la que importa y la que se acompaña hasta sus últimas consecuencias.
   Bora y Marga Persay tienen buena posición económica, certeza que comparten con Hanna y Andris, lo que los hace distintos es que los segundos son judíos, lo único imperdonable e innegociable para el ejército de Hitler.
   Hay una vieja historia que une a ambas parejas, una historia dolorosa que tuvo un final casi trágico pero que está lejos de concluir. Aún quedan muchas cosas por entender y todas caben en una sola pregunta: ¿Por qué? Ese cuestionamiento, en apariencia simple, encierra noches de desvelos y añejos resentimientos. Es urgente preguntar en cuanto se tenga la oportunidad pero, ¿es prudente hacerlo cuanto el mundo entero está sumido en la guerra?

Arriba y abajo
Es 1944, casi termina la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas están acorralando a la Alemania nazi, la calma pronto volverá. Hoy, a más de siete décadas de terminado el conflicto, lo podemos ver en una revisión histórica pero en ese preciso momento era difícil saber cuál sería el final de ese horror. La incertidumbre, quizás, resultaba tan mortífera como la guerra misma.
   El anterior es el escenario en el que sucede la trama escrita por Andahazi en Los amantes del Danubio. La situación es complicada pero además del horror por el conflicto bélico y los abusos de los representantes del Reich que tienen ocupada a Budapest, hay otro elemento que hace difícil la vida de los protagonistas: el dolor de una vieja herida de amor.
   Bora y Hanna se rencuentran, varios años después de su divorcio, en las circunstancias descritas. Ella es judía y está casada ahora con Andris, el hombre con el que engañó a Bora; este se unió en segundas nupcias con Marga luego de la separación y ahora deberán compartir casa los cuatro. No se trata de un acto de hospitalidad forzada por las normas sociales, sino de un acto de ayuda ante una situación desesperada.
   Para evitar que Hanna y Andris terminen en un campo de concentración, Bora decide esconderlos en su casa. Marga está recelosa de que llegue a su hogar esa que considera su enemiga pero la humanidad se impone y ayuda a su marido con el plan. Acondicionan un sótano de la casa para que la pareja judía pueda esconderse de los oficiales nazis. El riesgo para todos es alto y la única certeza es que terminarán muertos si los descubren, pero la esperanza elimina toda sombra de duda y siguen adelante.
   Aunque durante meses no vuelven a intercambiar palabra y deben hacer como si no estuvieran en el subsuelo de su casa. Bora y Marga, cada uno por diferentes motivos, empiezan a resentir la presencia de Hanna y Andris, son ellos los que están confinados a un pequeño espacio pero sus peculiares anfitriones son quienes empiezan a asfixiarse.
   Abajo, en el oscuro sótano, florece el amor luego de una entrega irremediable y total a la par que se redescubren formas de asirse a la vida antes soslayadas; mientras que arriba, entre el lujo de los salones y las galerías del caserón de los Persay —familia noble por generaciones—, empiezan a aparecer las primeras grietas. El derrumbe es inminente pero quizás, con suerte, de los escombros sea posible resurgir.

El agua bajo el puente
Los amantes bajo el Danubio resulta una novela novedosa por la forma en que se aborda a la Segunda Guerra Mundial: de lo micro a lo macro. Desentrañar la complicada historia que hay entre Bora y Hanna —y por lo tanto, aunque tangencial, también entre Andris y Marga— es lo importante. El conflicto bélico pone las condiciones para que esto suceda pero una vez que los cuatro están en el mismo espacio no hay estratega militar que pueda prever el curso que tomará todo.
   Es una trama que toca uno de los episodios más dolorosos de la humanidad pero lo esencial está en la guerra interna que libran los cuatro involucrados. No importa cuánta agua pase bajo el puente, es difícil que los sentimientos se vayan con el torrente de la vida. No importa cuántas explosiones, fracasos, triunfos o migraciones haya habido.
   La historia narrada por Andahazi en esta nueva novela está basada en su propia saga familiar. Su abuelo Bela Andahazy llegó a Argentina a causa del citado conflicto bélico y así como el personaje de Bora ayudó a su exesposa a esconderse de los nazis en Budapest. Bela, señaló el autor en una entrevista, era de por sí un personaje literario por la vida que llevó, hecho que más que ayudar le hizo difícil escribir el libro.
   Además de la historia de sus antepasados hay otro tema en Los amantes bajo el Danubio que resulta cercano al autor: El sexo. Andahazi publicó los ensayos Pecar como Dios manda. Historia sexual de los argentinos, Argentina con pecado concebida. Historia sexual de los argentinos II y Pecadores y pecadoras. Historia sexual de los argentinos III, los descubrimientos realizados en estos textos aparecen ahora como narrativa.
   ¿Quién pudiera ponerse a pensar en el placer sexual cuando el mundo entero está en guerra? La respuesta automática de muchos sería que nadie, pero qué es el sexo sino un asidero a la vida en medio de la muerte y devastación generada por las naciones en conflicto.
   El sexo es en la novela el último reducto al que el horror nazi no puede llegar. En ese templo de voluptuosidad y goce no hay balas que lleguen, ocupación que dure, ni sitio que resista. Es, para los personajes que se entregan, un acto de evasión pero también de rebeldía colorida contra el avance del rojo y el negro de Hitler.  La avalancha del placer, sutil y voraz a la vez, hace que el libro se torne íntimo y revelador de la condición humana en situaciones extremas.
   Narrada en tercera persona, el tomo se centra en la relación que hubo y hay entre Bora y Hanna pero también presenta las visiones de Andris y Marga, los otros involucrados en esos dos matrimonios que se detestan pero que son a la vez su única tabla de salvación. Otro personaje importante en la trama es la casa.
   La casi mítica construcción que contiene los amores, humores y anhelos de generaciones de la aristocrática familia Persay tiene una relación peculiar con las mujeres del dueño. Hanna sentía su rechazo y un episodio delirante estuvo a punto de sucumbir a la reticencia del caserón de aceptarla como dueña. “No eres bienvenida, te tienes que ir no importa qué”, parece decirle. Es por esto que cuando regresa y tiene que esconderse en las entrañas de la construcción, Hanna está atenta a los detalles de las paredes, del suelo y del techo que la cobijan.
   Con Marga la casa tiene una relación silenciosa que podría parecer de complicidad pero que, descubrirá el lector después, tampoco es del todo sencilla.
   El hogar de los Persay da cobijo a los cuatro involucrados pero es también un anclaje al pasado que no deja avanzar. La ocupación de su sótano es quizás el primer paso para liberarse de las cadenas que retienen donde está la tradición pero el futuro es incierto.

La duda
Los amantes bajo el Danubio es una novela de incertidumbres. No se sabe cuánto más durará la guerra, no hay manera de prever cuánto tiempo estarán encerrados Hanna y Andris, es imposible estar seguro de que los oficiales nazi no saben que estos están ocultos… la duda, como ya se dijo, resulta más mortífera que cualquier arma y mucho menos piadosa. Un disparo termina con todo de un momento a otro mientras que no tener certeza de nada mata lenta y dolorosamente.
   Bora ha estado muriendo durante años. ¿Por qué? Se pregunta. El divorcio se firmó hace décadas pero ese cuestionamiento sigue vigente y de la respuesta que obtenga depende que por fin termine su matrimonio con Hanna o, quizás, que vuelva a empezar. 


Foto: Tomada de www.planetadelibros.com

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