Entrevista con Armando Salgado
En el camino
Armando Salgado tiene apenas 28 años de edad y es ya un
referente a nivel nacional de la literatura michoacana.
El joven autor, nacido en Uruapan en 1985, ha cultivado
géneros como narrativa, poesía y ensayo ya que tiene la firme creencia de que
se debe hacer una exploración inicial a profundidad para luego decantarse por
alguno de ellos en particular.
Han sido sus poemas los que le han significado premios,
como el de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal o el Nacional de Poesía
Alonso Vidal, por mencionar algunos. Sin embargo, fue una compilación de
cuentos la que le dio su más reciente galardón.
En entrevista para PROVINCIA Salgado comentó que los
Juegos Florales Nacionales de Lagos de Moreno, Jalisco, celebrados desde hace
111 años en las categorías de cuento y poesía, instauraron este año el Premio
Nacional de Poesía Francisco González de León y el Premio Nacional de Narrativa
Mariano Azuela, este último obtenido por el nacido en Uruapan.
“Después de 111 años en esta ocasión en que nos toca
salir galardonados es que se le rinde tributo a estos dos personajes que
obtuvieron este premio por primera vez, es decir, son dos premios que le dan
reconocimiento a los dos primeros ganadores en un certamen, que comentaron los
organizadores de Lagos de Moreno, es uno de los de mayor antigüedad en el país,
y lo más interesante es que los dos eran originarios de Lagos de Moreno”.
—¿El premio fue sobre un cuento o un libro de cuentos?
No te piden ni cuento ni libro como tal, te piden 30
cuartillas. Yo lo que hice fue compilar una serie de textos para armar un libro
de alrededor de 30 cuartillas, no se publica, entonces eso permite que también
haya cierta flexibilidad en el armazón del libro.
Yo tengo textos que tienen esa temática rural, esa
temática que ahonda la cosmovisión de los pueblos terracalenteños de Michoacán,
yo soy profesor, entonces lo que hice fue un registro de todas las leyendas, de
todas las historias locales y les di cierta fabulación, entonces tengo el libro
completo, el tomo completo, lo que hice fue desmembrar y elegir los cuentos que
creí que tendrían más aciertos y son los que participaron en el galardón este
de Mariano Azuela.
—¿En qué lugar está dando clases?
Ahorita ya estoy aquí en Morelia, pero cuando egresé de
la Normal de Tiripetío estuve dos años en Churumuco —ya de por sí era una
comunidad lejana— que tiene 33 comunidades y me tocó en una de las más lejanas,
a la cual llegábamos por lancha, hacíamos tres horas. Entrábamos por la Presa de Infiernillo y agarrábamos
todo el Río Balsas, entonces eran dos horas de cruzar todo el Río Balsas para
llegar a la comunidad de Potrero Grande, una comunidad sin luz, con casas
distanciadas a 1 kilómetro entre sí, la mayor parte de familias emigraron por
problemas familiares, bien dice el dicho ‘pueblo chico, infierno grande’.
Ahí viví la cosmovisión total de los pueblos
terracalenteños y sobre todo es un abrevadero para la narrativa, hay historias
que me llamaron mucho la atención que aparecieron en mis cuentos.
Visión general
Armando Salgado ha destacado en premios nacionales tanto
de poesía como de narrativa, géneros muy diferentes entre sí que sin embargo ha
cultivado y desarrollado con gran éxito.
“Yo soy de la idea de que el escritor no debe de
enfrascarse en un género, debe de tener la facultad de experimentar y sí, ya
con determinada edad elegir el género que le acomode más, pero de entrada
debemos ser capaces de tener una visión de discernir y aterrizar nuestros
textos ya sea en el ensayo —para tener un posicionamiento, para tener una
definición del mundo que nos toca vivir— o ya sea la narrativa para fluir a
través de las historias —que a fin de cuentas absorbemos, que son los códigos
culturales que tenemos y que después vamos resignificando— o también la poesía
que nos permite tener un atisbo que al mismo tiempo es revelación, como dijo
Octavio Paz, y que al mismo tiempo es esa reinterpretación que la narrativa nos
da pero la poesía tiene este toque, este reposicionamiento del lenguaje, ese
renombrar del mundo que nos permite decir las cosas con otras palabras, pero
sobre todo pensar”.
El autor señaló estar convencido de que la poesía es una
construcción creativa que además permite pensar, “no significa que los otros
géneros no nos permitan pensar pero la poesía por el uso del lenguaje, por la
metáfora, por los componentes poéticos, nos remite mucho al discernimiento más
fino, como si pusiéramos una tela y fuera colador y tuviéramos la sustancia de
la vida; por eso creo que los escritores deben escribir de todo, si no de
inicio pero sí a manera de experimentar para reconocerse y después definir qué
es lo que te agrada, o en su defecto escribir todo lo que puedas”.
Salgado dijo creer que el género más complejo es la
novela porque se necesita edad para escribir una, pero aclaró que eso no
significa que no se requiera experiencia, templanza o paciencia para escribir
cuento, poesía o ensayo.
—Menciona que la poesía lleva a pensar, ¿qué poema o
poeta lo ha llevado a ello?
Cuando yo inicié a escribir poesía empecé a leer a Rubén
Darío, un modernista, y lo que me llamó mucho la atención de él es que su
poesía era un viaje, te llevaba de la India hasta Japón, hasta las Islas
Galápagos y me di cuenta de que la literatura te permite tener experiencias que
quizás no las vas a tener físicamente.
Después fui leyendo otros poetas que me permitieron tener
como un juicio histórico y comprender que la poesía es generacional, que la
poesía se escribe desde la etapa en que toca vivir y que siempre tendrá
relación con tu identidad y si definimos la identidad como la construcción de
relaciones psíquicas, ritos, costumbres, elementos culturales y sobre todo
educativos, me di cuenta de que teniendo lecturas de distintos poetas y etapas
consolidas tu proceso histórico, es decir, tienes presente.
Los poetas que me dieron esa noción, entre ellos fueron
Charles Simic, poeta norteamericano, también Raúl Zurita, chileno, que tiene
una connotación social muy original, que nunca cae en el panfleto, que nunca
cae en el divisionalismo político convencional actual, sino que es muy vasto en
sus planteamientos, muy creativo. Recientemente he leído poetas como Antonio
Gamoneda, español, que tiene un posicionamiento histórico, pero sobre todo
estético, y eso me resulta muy suculento a la hora de leer, porque cómo
mezclamos una concepción ética-política con una concepción estética y él lo
logra de manera detallada, pulcra y así tiene que ser el mensaje poético.
—Tiene 28 años, ¿cree que ya está en la edad en que pueda
discernir a qué genero dedicarse? ¿O a qué edad lo haría?
Mi propuesta es ahondar en todos los géneros literarios.
Yo soy profesor, tengo un Doctorado en Pedagogía Crítica —soy candidato a
doctor, ahorita estoy en el proceso de la tesis— y por lógica a través de esta
posibilidad que se me da de las lecturas teóricas tengo ese puente para cruzar
desde lo literario a lo teórico, de ahí se me desprende la facilidad para el
ensayo y la narrativa y la novela creo que son construcciones necesarias para
registrar las cosmovisiones de nuestros pueblos y de la realidad que nos tocó
vivir, en una zona rural o en una ciudad, para mí son géneros tan necesarios
como la poesía y la poesía me ha gustado toda la vida. Trataré de ahondar en
todos los géneros.
El abrevadero
Se tiene la idea de que en la inspiración del artista hay
una musa o elemento determinante que lleva a crear, o a escribir, en el caso de
Salgado. El autor uruapense comentó que más que esperar a que ‘llegue la
inspiración’, esta debe salir a buscarse.
“Creo que para poder escribir necesitas tener una
reconfiguración constante de arte en tus planteamientos de tu propia identidad.
Debes de moverte en cualquier esfera artística, desde el teatro, desde la danza
contemporánea o folclórica, desde los eventos culturales de tu colonia, las
pinturas, las exposiciones de pintores famosos o locales, tiene que haber un
enriquecimiento artístico y siempre tener la apertura a distintos procesos de
desarrollo artístico, en este caso creativos, que te van a tener despierto, te
van a mantener alerta para que en el momento en el que consideres detonante
puedas escribir lo que tú creas necesario.
“Creo que la vida misma, a través de los viajes, a través
de las privaciones, te remite a pensar aquello que no tienes y sobre todo
cuestionar aquello que deseas, entonces son procesos ocasionados, son procesos
conscientes que tú desarrollas y al mismo tiempo también aceptar todas las
cuestiones azarosas y dejarte llevar, todo remite y se ve reflejado en el
proceso de escritura”.
—Tiene apenas 28 años de edad y fue la figura homenajeada
en la pasada Feria Juvenil de Libro de Morelia, ¿cómo lo hizo sentir?
Más que una situación de ovación yo lo vi como un estado de
alerta en el sentido de que debo de cuidar el proceso de escritura que llevo,
significa también que los textos o los libros que se han publicado
recientemente han tenido cierto aporte tanto a la literatura michoacana como
nacional.
Considero que debo de estar en alerta constante y
mantener este proceso para seguir aportando desde varios proyectos que todavía
tengo y que con el paso del tiempo, como todos los artistas, seguiré teniendo,
no somos los mismos diariamente, vamos cambiando.
También siento que fue un reconocimiento a mis últimos
dos libros, los cuales me costaron mucho esfuerzo, mucho trabajo, y que han
obtenido muchas bendiciones, mi ultimo libro, Estancia de ánimas, publicado por
el Fondo de Editorial Tierra Adentro, con el cual obtuve el Premio Nacional de
Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal otorgado por el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes a través de sus siete premios nacionales y por el Instituto
Queretano para la Cultura y las Artes, fue elegido también como uno de los mejores
libros publicados en México en 2013 y estar al lado de figuras como Julián
Herbert o Francisco Hernández —poetas ya consagrados en la literatura nacional—
me permite tener ese estado de alerta para continuar, para escribir, para
seguir forjando con la misma responsabilidad y con el mismo compromiso, no hay
más.
—¿Cómo ve el panorama literario de Michoacán?
Es muy curioso porque platicaba eso con ‘Rafa’ Calderón y
llegamos a la conclusión de que siempre hay como saltos en el activismo
literario y siempre hay momentos donde se ve mucha efervescencia. Michoacán
está pasando por un momento de efervescencia literaria donde hay distintas
manifestaciones y publicaciones de las distintas generaciones, eso es muy
interesante, lo más importante es que haya actividad en Michoacán, actividad en
las plazas públicas, como es el Viernes de Escritores Michoacanos, convocado
por la Sociedad de Escritores Michoacanos (Semich), y varios eventos que se
desprenden de la visión de varios jóvenes y que también tienen relación con las
otras generaciones, eso es lo interesante, que hay un activismo muy marcado en
nuestro estado.
También ha habido momentos de silencio, por ejemplo
cuando el Encuentro de Poetas el Mundo Latino cerró espacio en Michoacán, no
hubo un comentario o una unidad por parte de los escritores para que se
siguiera realizando… nadie dijo nada. Hay momentos de actividad, hay momentos
de silencio, es como la rueda la fortuna, estamos arriba, estamos abajo, lo
importante es apostar y aportar siempre y tener la responsabilidad y el
compromiso de seguir en el camino.
Los muchos premios
Armando Salgado, poeta, narrador y ensayista michoacano
ha destacado a nivel nacional tanto con sus cuentos como con sus versos. El
autor compartió con PROVINCIA que fue en su natal Uruapan donde empezó su
camino por los certámenes literarios.
“Yo creo que los premios son una plataforma de apoyo que
te dan tiempo, que te permiten escribir, porque a fin de cuentas el escritor
debe de soñar pero también debe de comprar el sueño, también debe de
alimentarse y las necesidades nunca terminarán, entonces uno como escritor
joven busca las becas, busca los premios para comprar tiempo, como dice Édgar
Omar Avilés”.
Salgado se inició en los concursos cuando tenía 21 años
de edad, “el primer premio que obtuve fue en 2007, fue el de poesía de la
ciudad de Uruapan con un poema a Uruapan —también son unos juegos florales— con
esos 15 mil pesos que obtuve compré una computadora, la cual me permitió dar un
salto cuantitativo en mi proceso de escritura —porque no es lo mismo escribir a
mano o en máquina de escribir—. La computadora facilita, te permite tener
cierto dinamismo y cierta flexibilidad en el desarrollo de las formas y de las
construcciones de los textos de manera individual como en proyectos que
terminan en forma de libros.
“También con ese dinero le compré una lavadora a mi mamá,
se me hizo muy significativo, comprarme la computadora que no pudieron
comprarme mis padres en este caso pero que con merito propio yo pude obtener y
también apoyar a mis padres. Me di cuenta de que era un plataforma que permitía
apoyar tus desarrollos personales para seguir aportando a los desarrollos
artísticos de tu estado y de tu país.
“Siempre he sido consciente de ello, de sí obtener el
apoyo económico del premio y al mismo tiempo el compromiso, la responsabilidad
de aportar en los desarrollos creativos en los escenarios que te muevas, desde
la primaria, desde la secundaria, la universidad, y también en este caso desde
los escenarios literarios de Michoacán”.
Y ese galardón fue el inicio de una carrera que se ha
visto coronada con premios en Jacona y en Jiquilpan en los Juegos Florales de
la Revolución Mexicana.
“En 2009 asistí al Ángel de la Independencia, porque la
Secretaría de Educación convoca a un certamen nacional sobre los símbolos
patrios y en esa ocasión Felipe Calderón nos entregó el galardón a una
narradora, profesora de Puebla y a mí como poeta representando a Michoacán, y
ya después empecé a armar proyectos a manera de libros, los cuales también
fueron recibiendo bendiciones”.
El nombre de Armando Salgado ha resonado también en el Premio de Literatura Michoacán, el Nacional de Poesía Alonso Vidal y el de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos, por mencionar algunos.
El nombre de Armando Salgado ha resonado también en el Premio de Literatura Michoacán, el Nacional de Poesía Alonso Vidal y el de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos, por mencionar algunos.
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