Entrevista con el fotógrafo Gildardo Gallo
Un héroe (in)visible
Ante un nutrido público, Gildardo Gallo se dio cuenta de
que sí es ‘profeta en su tierra’. Nacido en Morelia en 1970, Gallo es un
fotógrafo artístico y de moda que desde 1999 radica en Florencia, Italia, lugar
en el que ha desarrollado una carrera de casi dos décadas.
Creador de mundos que existen al cerrar los ojos, el
joven artista hizo una parada en el Centro Cultural Casa Elena (Pino Suárez 38, Centro) antes de
regresar a Italia para ofrecer una charla en la que habló de su carrera
artística y compartió algunos tips sobre su forma de trabajar y acerca de ser
un extranjero que se ha abierto camino en un país en el que el arte y el fashion
están presentes en la vida cotidiana.
El también retratista inició la plática al señalar que
estudió Diseño gráfico, posteriormente fotografía en Coyoacán y ya en Europa,
hizo una maestría en Fotografía publicitaria e iluminación.
Sus primeros trabajos en Italia, recordó, fueron como
asistente de producción con otros fotógrafos, y en 2003 abrió su propio estudio
que se llama Zona-X.
El también retratista compartió que hacer fotografía de
moda se dio de forma evolutiva y también para cubrir necesidades económicas que
no hubiera podido satisfacer con su obra personal únicamente, por lo que, fiel
a su estilo y discurso propios busca, dijo, a las compañías, marcas y
diseñadores cuyas visiones y objetivos se asemejen a su labor creativa. Y su
método le ha dado buenos resultados, ha fotografiado para Roberto Cavalli y
publicado en revistas como Vogue, Marie Claire y Harper’s Bazar, entre otras.
Sin embargo, el mundo de la moda no es algo que lo haya
seducido por completo, en entrevista para PROVINCIA comentó: “La fotografía de
moda es más ficción que lo que yo hago para mi propio trabajo, es decir, la
gente, las modelos no son así. Hay situaciones muy desagradables sobre la edad
que tienen las chicas, sus estados de salud, no todo lo que brilla es oro.
“Es un mundo bastante difícil y de mucha competencia.
Seguramente ser fotógrafo de moda es el ideal de todos los fotógrafos
comerciales, es decir, es donde están las chicas guapas, es donde está la
fiesta, es donde hay un poco más de dinero, es una situación mucho más de blof,
y son cosas que no he encontrado haciendo otro tipo de fotografía”.
Gallo compartió también que muchas veces le han sugerido
emigrar a Milán, ciudad italiana considerada la capital europea de la moda, lo
que le generaría más prospectos de trabajo y colaboraciones, pese ha ello
decidió quedarse en Florencia porque, dijo, le gustan las ciudades pequeñas,
esas en las que, señaló, al poder hacer mucho en una misma jornada, un día
pareciera durar dos.
Un mundo propio
Durante la charla, Gallo mostró también buena parte de su
trabajo y se detuvo en la mayoría de las fotografías para hacer anotaciones
sobre la forma en que fueron tomadas, los requerimientos técnicos y las
dificultades a las que se enfrentó en algunas series en particular.
El artista moreliano anotó que en sus creaciones
personales, ya sean discursos muy elaborados o retratos, sus modelos aparecen
con los ojos cerrados, algo que va en contra, dijo, de aquella conocida frase
de que “los ojos son el reflejo del alma”. Para Gallo, según comentó, cerrar
los ojos es un acto de gran intimidad ya que permite entrar en un espacio
personalísimo e impenetrable por otros y por el contexto. Hacerlo es la llave
para acceder a un mundo propio en el que todo es posible.
—¿Qué hay en su mundo?
Lo que soy yo, lo que veo. Soy una persona muy solitaria,
así que generalmente las imágenes que verás son personas que se encuentran un
poco en la oscuridad, escondidas en la luz. Soy una persona introvertida y
decididamente todos estos personajes escondidos un poco en la luz soy un poco
yo y el modo en el que veo a la gente que me está cerca.
En varios de sus trabajos personales, apuntó el
fotógrafo, reflexiona sobre la identidad y la manera en que sobre esta influye
el cuerpo con sus rasgos, formas e incluso colores. Uno de los primeros
trabajos que hizo sobre este tema, aún estando en Morelia, fue expuesto pero la
muestra se clausuró porque las obras, que mostraban cuerpos claramente humanos
pero con modificaciones que daban resultados inquietantes, causaron molestia.
El episodio fue recordado por Gallo con gracia y señaló
que de no haberse generado esa polémica, la gente no hubiera sabido nunca que
él y su obra existían.
—En su trabajo ha tocado el tema de la identidad y
pudimos ver que de repente le cuesta un poco el español, ¿cómo ha hecho para no
perder su identidad mexicana estando tanto tiempo fuera del país?
Pienso que me encuentro entre dos mundos, para mí venir a
México es dejar un pedazo de corazón, es decir, me doy cuenta de que yo
pertenezco a este país y encuentro emociones que no encuentro en ningún otro
lado, y de verdad es retroalimentativo estar acá.
El modo de vivir del mexicano, de sentir, es algo que me
encanta, la vida bohemia del mexicano nunca la he encontrado en otros lugares,
he tenido la posibilidad de vivir y de visitar muchos países en el mundo y lo
que hay aquí es único y especial. Pienso que lo traigo ya en la sangre, espero
que se quede ahí.
—¿Qué tanta similitud hay entre la idiosincrasia mexicana
y la italiana?
Muchísima. Estamos hablando, para empezar, de dos
culturas latinas que creen en un mismo dios, situaciones políticas muy
similares, el modo en que nos divertimos, el sentido del humor, hay muchas
similitudes.
—Haber emigrado a Italia, ¿qué le ha permitido
profesionalmente?
Compararme con gente de un nivel más alto, no quiero
decir que esto no hubiera sucedido aquí, seguramente hubiera sucedido, pero
estando en un país extranjero tienes que tomar ciertas responsabilidades, es
decir, aquí estás en tu lugar y muy seguido nos dormimos en los laureles, allá
es un poco diferente, si te duermes, te comen.
Actitudes diferentes
En el sitio web de Gildardo Gallo se declara: “Él es
capaz de lograr inmediatamente empatía verdadera con la modelo con la que
trabaja”, algo que resulta difícil para algunos fotógrafos, la clave está,
señaló el artista, en tener claro el tipo de imagen que quiere lograr.
Cuando tiene una serie personal en mente, publica
anuncios en los periódicos o en sus redes sociales para solicitar la
colaboración de personas con las características particulares que requiere, lo
que le ha permitido, dijo, mantener una coherencia, “un hilo que une a todas
las imágenes.
“Cuando trabajo en un modo comercial obviamente tengo que
escuchar mucho a mi cliente y saber si mi cliente hace cosas para la ama de
casa, si las hace para la femme fatale, o si lo hace para la colegiala, es
decir, existen actitudes diferentes entre las modelos”.
Y aunque su portafolio tiene trabajos destacados y
premiados, y sus fotografías han aparecido publicadas en revistas como Vogue,
no todo es glamour, Gallo también ha realizado trabajos de impacto social como
una serie en la que las modelos eran chicas lesbianas que habían sido violadas con la idea de que de esa forma serían heterosexuales.
Ese tipo de proyectos, señaló el fotógrafo, le pueden
devolver el objetivo original al arte y se dijo convencido de que un artista
debe utilizar sus herramientas y su obra para influir de manera positiva en
temas delicados.
“Al inicio los artistas representaban lo que estaba
sucediendo en el lugar, en el entorno y en el momento en el que se encontraban,
es decir, era un tipo de denuncia aun cuando esta pudiera ser pagada. Yo no
tengo los conocimientos para poder decir que tengo la verdad, pero creo que el
concepto real del arte se ha perdido mucho, ahora cualquier cuadro bonito que
sea más decorativo que arte te lo encuentras en las galerías. (Mientras) Menos
denuncia social hay es mejor para muchas galerías”.
—Mencionó que los retratados siempre quieren salir bien,
¿cree que la fotografía siempre es belleza? Aunque no sea una belleza
convencional
Creo que la fotografía es algo que sucede de verdad y
como todas las cosas puedes encontrar la belleza o tal vez no, eso depende del
espectador. Muchas veces no es lo que el fotógrafo está buscando, pero creo que
quien se identifica con este tipo de imágenes debe encontrar algo de belleza
dentro de los cuadros.
Un buen panorama
Durante la charla, Gildardo Gallo mostró algunas piezas
de su serie Héroes Invisibles que, dijo, está dedicada a todas las personas que
salen a luchar día a día, “es un homenaje a nosotros”. En las imágenes todos
los retratados están, fiel a su ideario, con los ojos cerrados.
—¿Se considera un héroe invisible?
Absolutamente sí, creo muchísimo en eso. Como decía,
somos todos, tú que vienes aquí a trabajar y regresas cansado a casa y no
tienes ningún reconocimiento de ningún tipo. Es la lucha constante, es el
tratar de hacer que tú, tu entorno, tu sociedad estén mejor, sin el
reconocimiento de nadie. Es el granito de arena que ponemos casi todos, día con
día, del que nadie habla.
—En este tiempo de selfies y redes sociales, ¿cómo ve el
panorama de la fotografía?
A mí me parece fantástico, creo que se está marcando la
historia, es decir, es una cosa que está sucediendo y según yo es una cosa
positiva. He tenido oportunidad de ir a unas ferias de arte fotográficas en
Europa y me he encontrado cosas maravillosas hechas con los teléfonos, creo que
todos tenemos algo que decir, mucha gente no tiene los medios adecuados para
poder expresarse, por lo tanto, un teléfono o cualquier medio es como una
pluma, puedes hacer lo que tú quieras.
Para ver su trabajo: www.gildardogallo.com
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