Entrevista con el director de El Libro Vaquero
Cuéntame una de vaqueros
Decir que en México lo que más se lee es El Libro Vaquero
no es exageración. El 23 de noviembre de 1978 se publicó el primer número —con
la historia titulada Racimo de horca— y semana tras semana, durante estos casi
37 años, es una historieta que no ha dejado de llegar a los puestos de
revistas.
Y aunque hay gente que piensa que esta publicación de
bolsillo es sinónimo de baja cultura, la realidad es que se trata de un
baluarte del mundo editorial mexicano que marcó pauta con su tamaño —del que
fue el primero— y que en 1986 impuso un récord al lograr la cifra de 1 millón
600 mil ejemplares vendidos cada semana.
Sobre El Libro Vaquero hay mucho qué decir: en 2012
traspasó las fronteras al llegar a la galería Divus Prager Kabarett con la
exposición titulada The Good, The Bad and The Sexy: A Tale of The West by El Libro Vaquero, el año pasado
sus dibujantes realizaron el arte para la portada de un disco de Moderatto y
está por publicarse la segunda entrega de la serie Grandes Autores a cargo de
Yuri Herrera. Además, la primera, que fue escrita por Jordi Soler, está por
tener su versión en animación, que será de distribución online gratuita, y está
por iniciar la preproducción del que será el primer largometraje de El Libro
Vaquero.
Fernando Varela (FV) director de la historieta, y Antonio
Reyes (AR), titular de Hevi Editores, editorial que la publica, hablaron en
entrevista para PROVINCIA sobre los secretos de este libro pequeño y a veces
desdeñado del que se sienten orgullosos y cuya existencia esperan esté muy
lejos de su final.
—¿Cuál es el secreto o la fórmula del éxito de El Libro
Vaquero?, ¿la hay?
(FV) Para mí, el secreto de El Libro Vaquero son los
argumentos, que muchas otras editoriales nos han querido copiar y la verdad no
nos han llegado. Yo le echo a eso y a que es artesanal todo nuestro proceso.
—¿En estos casi 40 años qué sí ha tenido que cambiar?
(FV) Lo único que nosotros hemos cambiado es el color,
que ya tenemos 12 años haciéndolo digital.
(AR) Es importante recalcar cómo El Libro Vaquero se ha
mantenido fiel todo este tiempo a la estructura de los guiones y a su trabajo artesanal
porque cuando nos pasan cuánto costaría hacer los trazos digitales, Photoshop,
Ilustrator… ni siquiera lo contemplamos. El Libro Vaquero tiene que seguir
siendo una obra artística porque es parte de la cultura popular mexicana.
Y a pesar de que la historieta fue la primera que se
atrevió a manejar un formato más pequeño, de 13 por 15.5 centímetros llamado
“de bolsillo”, no se pensó que llegaría al estatus que tiene ahora aunque el
objetivo de inicio fue claro: que tenga éxito.
“Desde el principio que se hizo el proyecto”, recordó
Varela, “sí se pensó en hacerlo un éxito porque en el mercado no había
historias de vaqueros, había en tipografía pero ilustradas no había, entonces
se dio a la tarea de hacerla ilustrada y empezamos a realizar el proyecto, y la
verdad desde que salió el vaquero, desde noviembre del 78, fue un éxito. Tanto así que semana con semana subían 20 mil
ejemplares más al tiraje, y así fue como se fue avanzando en el éxito de El
Libro Vaquero hasta llegar a 1986 con 1 millón 600 mil ejemplares semanales.
“En 1987, el 13 de octubre, sacamos a la venta el número mil con el título El
cáliz de oro, y ahí seguimos cosechando más éxitos”.
—¿Por qué se pensó en ambientarla en el Viejo Oeste que
es una zona que la mayoría de mexicanos considera lejana?
(FV) El señor Rafael Marquez, que fue el creador, tuvo
una gran visión con el El Libro Vaquero, vio que no había títulos en el mercado
y empezó a trabajar en el proyecto y sí fue fácil como año y medio que se
aventó haciéndolo, hasta que ya empezamos a hacer muchas pruebas, en primera,
pruebas de color, que nos costó mucho trabajo porque no había en ese tamaño,
había un poquito más grandes, nosotros también hacíamos Chanoc, que era más
grande, y fue cuando se empezó a trabajar con los argumentistas y con los
dibujantes. La verdad todos los dibujantes han sido muy buenos, desde que
empezamos hasta ahorita que tenemos al señor Rodolfo Pérez García ‘Pegaso’.
Nada qué esconder
Aunque hay quien juzga por igual a todas las publicaciones
de bolsillo, los hacedores de El Libro Vaquero no coinciden con consideraciones
poco elogiosas ya que fueron los primeros en manejar ese tamaño, un estilo
gráfico característico y un tono en sus historias que, al ser imitado por otras
editoriales, se desvirtuó hasta llegar a productos que sí merecen el
calificativo de vulgares.
Y pese a que en El Libro Vaquero hay escotes reveladores,
mujeres voluptuosas y relaciones sexuales sugeridas, no es algo que les haya
causado problema en ningún momento de su ya larga existencia. “Tenemos a
Gobernación”, dijo Varela, “y si nosotros publicamos pornografía nos llaman la
atención y son cinco veces que nos llaman la atención y si no hacemos caso
cancelan el título. En todo lo que tengo en el libro nunca nos mandaron llamar
de Gobernación”.
Reyes añadió: “Estas otras editoriales de bolsillo vieron
una oportunidad en el éxito de El Libro Vaquero y fueron quitándole la ropa a
las mujeres hasta llegar a publicaciones de muy bajo perfil, que incluso muchas
de ellas son clandestinas, no pasan por procesos de regulación ni de
Gobernación. Fernando me contó que el señor Rómulo O’Farril dijo, ‘este libro
tiene que poder estar en la casa de una familia’”, y aunque tiene cierto tono,
reconoció, no es uno que resulte ofensivo.
El titular de Hevi Editores comentó también que así como
la gente calificó de ‘música del demonio’ a la propuesta del grupo Kiss, a El
Libro Vaquero llegó a juzgarlo de pornográfico sin haberlo leído. “Hoy Kiss ya
no te da miedo y posiblemente estás comiendo en una cocina de comida corrida y
en la tele la que da el clima no está muy diferente a la que sale en El Libro
Vaquero, entonces esa parte del escándalo que causaba, quiero pensar que ya
caducó”.
La nueva etapa
En 2012 El Libro Vaquero cumplió 34 años de existencia y
tuvo con gran éxito la exposición de sus portadas en Praga y con ello retomó
relevancia en los medios que retomaron a la historieta y empezaron a ver más
allá de los escotes de las rubias y de los músculos de los fuertes vaqueros
presentados en sus páginas. Este proceso coincidió con el proyecto que se gestó
al interior de Hevi Editores: poner a El Libro Vaquero en su justa dimensión
dentro de la cultura popular mexicana.
Reyes, comentó, trabaja en la editorial desde hace 14
años y como encargado de nuevos títulos lanzó una revista de tecnología llamada
Sputnik —que ganó varios premios de diseño— y posteriormente otra llamada R&R,
“y de repente teníamos la opción de un nuevo título y fue cuando yo dije ‘para
qué hacemos un nuevo título, justo en la debacle de lo editorial y los títulos
en los puestos de periódicos, papel, Internet… si teníamos la joya de la corona
en casa: El Libro Vaquero’, existe esta frase de ‘si no está roto no lo
arregles’, que yo la decía mucho, y decía ‘el Vaquero funciona muy bien’, hasta
que de repente esas estrategias que hacíamos para otras revistas pensamos en
aplicarlas en el vaquero, dijimos ‘qué pasaría’, esta fue la premisa, ‘si a El
Libro Vaquero lo pusiéramos en el justo lugar que tiene en la cultura popular
mexicana’.
“El refresh”, abundó Reyes, “no incluye un cambio de
estilo, un cambio de logo, como tal vez precipitadamente muchos mercadólogos
podrían hacer, era simplemente respetar la obra que ya existía y llevarla a los
siguientes pasos”.
Y el primero de ellos fue tomar las portadas de la
historieta, que se siguen realizado en óleo, gouche o acrílico, y llevarlas a
la ya mencionada exposición en Praga. “Todos los medios levantaron la noticia y
dijimos ‘ok, El Libro Vaquero es entrañable para el mexicano, no causa tanto
revuelo como pensábamos, sino que la gente realmente lo quiere’ y a partir de ahí la siguiente fase
fue la serie Grandes Autores”, que inició con La ley y el opio, de Jordi Soler.
“Escuchábamos mucho que el mexicano no lee. El mexicano
lee mucho solo que lee revistas o información tal vez más efímera y poco
cultural, dicen ‘el mexicano no lee, lo único que lee es El Libro Vaquero’,
entonces tampoco había que pensar mucho, ahí la ecuación se cuadró con si el
mexicano solo lee El Libro Vaquero, como dicen, entonces pongamos a grandes
autores a que escriban en El Libro Vaquero, y si te fijas ni siquiera
mencionamos en la pasta ‘edición especial’, no, es una entrega al gran pueblo
mexicano de grandes escritores que a su vez están llegando a una base muy
grande”.
—¿Cómo fue la selección de estas plumas literarias tan
reconocidas que escriben ahora para El Libro Vaquero?
(AR) Jordi Soler fue una necedad mía. Yo descubrí la
parte no tan académica de la literatura con Jordi, me invitó a leer de otra manera.
Jordi era una voz muy conocida en una estación de radio llamada Rock 101 que
después decidió ser escritor, dije ‘ok, es un autor de cultura popular’ y de
ahí surgió la idea de trabajar con Elvira Liceaga, que es una excompañera que
ha promovido mucho la lectura en el país y fue ella quien propuso a Yuri
Herrera, que es el autor de la siguiente edición que ya estamos trabajando. A
Yuri le está yendo muy bien afortunadamente, es una muy buena pluma. Es una
unión entre Fernando Varela, Elvira Liceaga y un servidor.
—¿Cómo les caen homenajes como este que les hicieron el
fin de semana en El Traspatio. Encuentro de Editores Independientes?
(AR) Es la palmadita en la espalda al buen trabajo. Creo
que lo que más hacemos nosotros es trabajar bien y hacer buenas entregas, no
estamos planeando esto posiblemente desde la mercadotecnia, que tendría que ver
más con números, resultados y objetivos, sino que simplemente estamos
disfrutando mucho lo que hacemos, lo estamos haciendo cada vez mejor, es
importante saber eso, por ejemplo, para la edición de Jordi nos aventamos
varios cambios, de repente dijimos sobre un personaje ‘no, este no debería ser
güero, este debería ser así’ y entonces ahí es cuando de repente ese gran
trabajo que nosotros tenemos como equipo la gente lo empieza a percibir.
Para nosotros es un gran elogio que la gente esté
volteando a ver las acciones que está haciendo una de las publicaciones de
mayor circulación, de más tiempo en la industria editorial mexicana.
Dicen que la editorial ya está acabada y es muy difícil
el mundo de las revistas, no, yo no lo creo, simplemente es una depuración,
como en todo, la gente que lo sigue haciendo bien y con el esfuerzo que
nosotros le ponemos sigue ahí y quiero pensar que vamos a seguir ahí.
(FV) Para nosotros es un orgullo trabajar en El Libro
Vaquero, yo así me siento desde que inició, y además con el apoyo y la
dirección de los dueños que no nos han pedido que repitamos números, algo muy
bueno porque no le faltamos el respeto a nuestro público lector como muchas
editoriales lo han hecho, los refritos, lo vuelven a editar y nosotros no, nosotros respetamos a
nuestro público y yo creo que también eso es parte del éxito.
—Son casi 40 años de publicación, ¿cómo se hace para no
repetir historias?
(FV) Han pasado infinidad de argumentistas y platicamos
con ellos primero la historia y si hay algo que veamos que ya se ha hecho le
pedimos que nos lo cambie, se hace el cambio y lo empezamos a trabajar, con
mucho gusto loss argumentistas ceden a hacernos los cambios.
Son infinidad de números los que hemos hecho y no hemos
tenido ninguna reclamación de que está repetida la historia. Tengo todos los
años en El Libro Vaquero y no, nunca nos han dicho algo así, un día nos
hablaron Facundo y Omar Chaparro, nos hablaron de su programa de radio
felicitándonos por El Libro Vaquero, por el trabajo que realizamos.
—¿En estos casi 40 años trabajando en El Libro Vaquero ha
dado usted la idea para algún argumento?
(FV) Sí, varios. He platicado con el señor Javier Vargas, le digo, ‘¿sabes qué?, no hemos trabajado que los vaqueros
tengan su aventura en la nieve’. Platicamos la trama, él me presenta una
sinopsis, y de ahí ya se realiza el argumento, de los temas que ya tiene tiempo
que no hemos tocado, una historia en la nieve, por ejemplo, en cualquier
región.
—¿Diría que el mundo de El Libro Vaquero —en el que los
hombres son hombres, las mujeres, mujeres y los malos son remalos— es un mundo
ideal?
(FV) Siempre los vaqueros tienen que ser fuertes,
malones, pero también tienen su corazón blandito, cuando le llega la chava los
ablanda más, también por eso es el éxito que nosotros hemos tenido dentro de
los argumentos, porque siempre interviene la mujer y es donde ya doblega mucho
a los hombres fuertes.
—El amor siempre está presente...
(FV) Sí, siempre, en todas las historias. Ya sea una piel
roja o una mujer blanca, esa es la línea en las historias del vaquero.
(AR) Es a fin de cuentas una obra romántica en todo
sentido, incluso en este espíritu de renovación hay romance en esta parte de
querer volver a poner frente a la gente un producto y que diga “a ver, este
cómic, estos 20, 30 o 40 minutos me voy a transportar”. En este mundo tan de
play, que ya ni siquiera es de hipervínculos, el Internet es un play, Facebook
es un play, ya todo está digerido, animado, creemos que hay una gran base que
recurrimos al imaginario, a que te saque, no a que nada más estés presenciando,
a que te saquen un poquito de la
realidad.
A veces me gusta pensar que El Libro Vaquero también
retrata mucho el momento actual, ¿qué tan diferentes son los buenos, los malos
y el Viejo Oeste a un México actual? Lo pongo sobre la mesa siempre porque
dicen ‘¿qué tiene que ver el Viejo Oeste?’ y yo les digo ‘posiblemente México
todavía está gobernado por esas leyes’, pero eso ya es meternos en temas de
política que procuramos no hacer.
—¿Ya hay algo previsto para celebrar los 40 años?
(AR) Vamos a hacer una estatua de Fernando Varela vestido
de vaquero que vamos a instalar en el Centro Histórico de la Ciudad de México
(risas). No sabemos, viene la película, estamos muy contentos con el proyecto
de la película, que si todo sale bien empezamos la preproducción en dos meses.
Es un proyecto que hemos acariciado dos años ya, donde hay grandes jugadores y
si todo sale bien van a participar personajes de Estados Unidos, posiblemente
va a ser una coproducción con Estados Unidos. Posiblemente vamos a estar
celebrando los 40 años con la premier de la película.
—¿Ya está el argumento?
(AR) Ya, tenemos justamente el argumento, no el guion,
estamos muy contentos con todo lo que está pasando con la película porque es un
gran ‘cereza en el pastel’.
—¿Hay ya un posible elenco?
(AR) Todavía no lo tenemos. Tenemos un acuerdo de
confidencialidad firmado y no puedo decir quién es el guionista, me encantaría
poderlo hacer, pero en cuanto lo tengamos se sabrá. Es uno de los mejores
guionistas de cine de México, ha ganado en Venecia, ha ganado Cannes, eso sí lo
puedo decir, entonces estamos muy contentos trabajando con él, pero hasta que
no se firma no se firma.
—¿A quiénes se imaginan de protagonistas?, estén firmados
o no
(AR) Yo vivo obsesionado pensando quién va a ser el malo,
malo, como el bueno, bueno, me gustaría Chema Yazpik, de principal, se me hace
de los mejores actores mexicanos y lo ves, incluso en la calle te lo encuentras
y es un vaquero, de esos hombres, hombres que todavía los ves y te les cuadras,
me gusta mucho él para principal. La actriz no sé, por eso a final de cuentas
es el antagonista en el que tengo que pensar y tendría que ser un actor
norteamericano por el tipo de guion que es.
Me la paso viendo películas y digo ‘ese es un buen malo’,
o ‘no, ya está muy grande’; el que me encantaría es Donald Sutherland, pero
creo que está muy ocupado en The hunger games.
—A usted, señor Varela, que vio nacer El Libro Vaquero,
le ha dado temor la traducción que se hará del papel al celuloide?
(FV) Cuesta un
poquito de trabajo porque no es lo mismo. Tiene que ver mucho la inclusión del
director (de la revista) para el argumento, incluso el señor Rafael Márquez,
cuando nosotros hacíamos Chanoc se hizo la película de Chanoc y le pidieron a
él la adaptación del argumento.
—¿Entonces ya está listo para el rodaje de la película?
(FV) Sí, ¿no? (risas), sería un orgullo.
(AR) Llevamos dos años y medio en la planeación, como producto llevo otras dos películas —una
con gran éxito, otra un gran fracaso— entonces eso me dio un buen norte para
saber qué hay detrás de una película antes de siquiera empezar a firmar
contratos, antes de empezar incluso preproducción. Llevamos dos años y medio
cuidando mucho a este proyecto porque no puedes decepcionar, no quiero entrar
en específicos pero ya ha habido ejercicios de grandes caricaturas que añoramos
en nuestra infancia y vas al cine y dices ‘estaba mejor el cómic’, eso es lo
que nos va a quitar el sueño, pero somos afortunados de que tenemos a los
dibujantes y la vamos a dibujar antes en este sentido de animatic, que es lo
que se hace previo a filmar una película, tenemos a los mejores dibujantes para
hacer el animatic y estamos bastante ciertos en que, ya al pasarla para hacer
la filmación, todo el equipo que lleva años en El Libro Vaquero va a estar
orgulloso del producto, y si no, no la exhibimos, se vale enlatar películas
también, pero esperemos que no sea el caso.
—Se ha planteado también la coexistencia de El Libro
Vaquero impreso con el digital?
(AR) Entendemos muy bien que tenemos que hacer entregas
distintas para cada medio, no es lo mismo la editorial impresa que el Internet,
funciona diferente, el tiempo de lectura que tiene alguien en Internet es lo
más reducido que hay.
Tenemos nuestro perfil en Facebook donde más bien estamos
haciendo una comunidad que esté enterada de lo que estamos haciendo en El Libro
Vaquero, donde damos desde un quote, frases que a la gente le gusta compartir,
o de repente hacemos chistecitos llamados “momentos románticos” pero entendemos
muy bien que no tenemos una publicación online.
Vamos a regalar la edición de Grandes Autores de Jordi
Soler y eventualmente la de Yuri Herrera y estamos utilizando ahorita —lo vamos
a regalar a través de un sitio que se llama Sopitas— las herramientas que usa
DC Comics o Marvel para hacer la animación del cómic, es decir, la primera
entrega de El Libro Vaquero online no va a ser lo tradicional de ‘ahora
descárgalo’. Llevamos complicados como dos meses con la producción del número,
pero si todo sale bien en tres semanas vamos a entregar nuestro primer número
digital que va a ser de las ediciones especiales, el primero es el de Jordi.
Esa es otra ‘piedrita’ más que estamos poniéndole al muro de El Libro Vaquero.
La serie Grandes Autores de El Libro Vaquero inició con el título La ley y el opio a cargo del escritor Jordi Soler quien es autor de novelas como Diles que son cadáveres (2011), La guerra perdida (2012), Restos humanos (2013) y Ese príncipe que fui (2015); la segunda entrega, próxima a publicarse, llevará por nombre Un capitán cimarrón, escrita por Yuri Herrera, escritor mexicano ganador, en 2003, del Premio Binacional de Novela Frontera de Palabras, convocado por el Centro Cultural Tijuana y la editorial Tierra Adentro por la novela Trabajos del reino. Antonio Reyes, titular de Hevi Editores, la casa responsable de El Libro Vaquero, señaló que la coordinación y el contacto con estas grandes plumas literarias se han logrado con la colaboración de Elvira Liceaga y adelantó que es muy probable que el siguiente número de estas entregas especiales tendrá una trama escrita por el multipremiado Juan Villoro
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