Entrevista con Martín Muñoz Kaiser

Una nueva mirada

El escritor Martín Muñoz Kaiser está convencido de que escribir es, aunque suene extraño, como preparar un pastel: se añade capa tras capa hasta llegar al producto final, uno que a golpe de vista y olfato satisfaga al gusto del lector.
   Autor de libros como Evento Z, El martillo de Pillán y Warm blooded killers (WBK), el literato nacido en Chile ha explorado a través de su obra temas épicos, fantásticos y negros que, dijo, resultan entretenidos e interesantes al lector porque apuntan al inconsciente.
   En entrevista para PROVINCIA Muñoz Kaiser habló del largo camino que tuvo que recorrer para la publicación de El martillo de Pillán, hasta ahora su proyecto más ambicioso con una secuela en puerta, y la manera en que gracias a esa historia se descubrió como escritor.

La identidad
El martillo de Pillán es, según las reseñas de varios blogs chilenos, una novela interesante, además de entretenida, al retomar la mitología de la cultura mapuche que, poniéndola en paralelo, es tan importante como la azteca para México.
   “Ellos nunca fueron derrotados por los españoles”, dijo Muñoz Kaiser, “y su frontera llegó hasta el Bío Bío. Estuvieron 300 años peleando, y de hecho al final fueron reconocidos por la corona de España como vasallos del rey porque no querían seguir peleando con ellos.
   “La verdad es que ahí hay un asunto de identidad, de lucha, de esfuerzo, que a mí me interesaba rescatar. Me interesaba que el chileno de a pie, digamos, sintiera que en su sangre corre la sangre de estos guerreros, de este pueblo que se adapta y para eso traté de apuntar justamente al subconsciente. Carl Young habla de los arquetipos, que están todos en el subconsciente, y por eso decidí escribir una novela mitológica y rescatar la flora, la fauna, la mitología, las leyendas de Chile y de los mapuches en particular”.
   El joven autor compartió que buscó desarrollar un arco argumental entretenido pensando en que niños y adolescentes lean su novela sin aburrirse.
   En El martillo de Pillán, un guerrero mapuche llamado Lientaro tiene que ir al Volcán Lanín a buscar el martillo de Pillán para poder salvar a su pueblo de un monstruo marino. Todos los elementos incluidos son parte de la cosmogonía mapuche y el protagonista se tiene que enfrentar a diferentes monstruos mitológicos para continuar su camino.

—¿Fue difícil mezclar estos elementos con la historia que tenía prevista?
No, todo lo contrario. Estuve cuatro años leyendo preparándome para escribir la novela, y mientras más sabía, más clara tenía la historia.
   Finalmente el arco argumental principal se basó en una leyenda mapuche, entonces después de eso los otros elementos vinieron a la historia y se engancharon de una manera supernatural y la verdad es que como tuve mucha preparación me demoré muy poco tiempo en escribirla, porque la planificación había sido tan larga que en el momento de escribirlo fue muy rápido el proceso.

—¿Cuánto tiempo fue?
En tiempo cronológico tienen que haber sido dos meses de escribir el libro. Propiamente la historia, porque después uno edita y relee y reescribe, y se pasa más tiempo.

—¿Fue también sencilla la publicación?
No. La verdad es que me demoré otros cuatro años en encontrar una editorial para poder publicar. Fue difícil. En Chile, publicar es muy difícil.
   Justamente por eso han estado naciendo editoriales independientes y pequeñas porque las nuevas tecnologías nos permiten imprimir pocos libros y hay muchos profesionales que están dispuestos a hacer un buen trabajo de edición sin, digamos, poner tantas trabas como las editoriales más grandes. Pueden correr más riesgos sin arriesgar tanto.

—¿Cree que el tema tuvo algo que ver con esa dificultad o es difícil sea el tema que sea?
No, publicar es difícil, sea el tema que sea. Yo lo he conversado con otros escritores y es un tema superdifícil.

—¿La historia es conclusiva o hay pie para una segunda parte?
La historia es autoconclusiva pero ya estoy trabajando, ya terminé el arco argumental para una segunda novela que tiene al mismo personaje principal, así que podríamos decir que es una secuela porque sucede después.
   No quiero hablar mucho del tema porque quiero que sea sorpresa, la verdad es que tengo que ponerme a escribirla porque ya tengo la planificación hecha. Me demoré bastante hasta que encontré un arco argumental satisfactorio con los elementos que yo creía que iban a ser lo suficientemente sólidos para escribir una secuela.

—¿Cómo ha sido la respuesta de los lectores?
Muy, muy buena. He tenido muy buen feedback. El mismo corrector de textos, yo no lo conocía y  me hice amigo de él, justamente por el libro y así mismo he conocido a mucha gente, muchos niños a quienes les ha encantado la historia. La verdad es que yo estoy contento sobre todo por el feedback.

Misticismo propio
Y aunque resulta más sencillo que los lectores acepten mitologías y leyendas extranjeras en libros que son aclamados y hasta llevados al cine, Muñoz Kaiser está convencido de que ya no se da tanto la espalda a historias fantásticas basadas en temas propios de la Latinoamérica precolombina. Todo radica, dijo, en la manera en que las tramas son presentadas.
   “Yo creo que el problema es cómo se presenta el tema precolombino. Cada vez que yo les presento esta historia a las personas —yo no tengo mucha llegada mediática, no salgo en la tele, no hay propaganda— y les ofrezco el libro y les cuento, normalmente se sienten muy entusiasmadas porque este tipo de formato de aventura, de literatura épica, se esté haciendo pero rescatando las tradiciones precolombinas. Yo creo que el problema es el formato en que la cultura precolombina se está entregando.
   “Se entrega tal vez como libro de historia, aburrido, el que han estado leyendo en la escuela todo este tiempo. Pero si se entrega en un formato entre comillas de videojuego en el que el protagonista es bien dinámico y tiene que ir pasando etapas, matando monstruos para poder ir avanzando y lograr su objetivo, y en vez de esos monstruos estar basados en la mitología nórdica —que es lo que hizo Tolkien y después todo mundo lo copió— traemos los monstruos que tenemos en la mitología mapuche, yo creo que hay un material en la mitología precolombina latina que es sumamente potente. Yo creo que la gente está esperando leer novelas de ese tipo con un formato un poco más dinámico, en el que los personajes se muevan más rápido, tengan más aventuras, pero que estén aquí y que muestren nuestros paisajes, nuestra cultura, nuestra comida, nuestras leyendas.

—Cree que además de entretener, ¿la lectura puede o debe tener la función formativa?
Yo no creo que sea una obligación pero creo que cuando se hace tu le adhieres una capa a tu torta (pastel). Yo creo que las novelas son como una torta, es una analogía medio rara, igual que las películas.
   Uno tiene la capa que es lo entretenido, que es el arco argumental; después uno tiene los personajes, que son carismáticos o no; después tienes los conflictos internos de los personajes, qué pasa con el personaje, qué busca, a qué le teme, por qué hace lo que hace.
   Mi protagonista, que es un guerrero mapuche, es un hombre de acción, etcétera, pero a él le pasó algo: se le murió su esposa y está buscando morir de manera heróica para convertirse en un pillán y estar con su esposa en el cielo. Ahí hay otra capa y cuando tú, además del entretenimiento, le pones cultura y le pones esa parte formativa estás añadiendo otra capa y tu obra de arte queda más rica, y queda sujeta a más interpretación.
   Una obra de arte que tiene un objetivo claro, que tiene un propósito y que cumple su propósito, y que además está abierta a mayor cantidad de interpretaciones, en mi visión personal del arte es una mejor obra de arte. Entonces mientras más capas le coloque uno a su libro tiene más riqueza y es mejor.

—En una entrevista mencionó que al escribir el libro se encontró, ¿qué otras cosas le ha permitido literatura?
La verdad es que siempre me había preguntado por la identidad. En El martillo de Pillán estaba buscando la identidad de Chile, digamos, pero cuando lo escribí y lo publiqué y pasó todo el proceso, me di cuenta —sobre todo cuando lo escribí— cuál era mi propia identidad: yo soy escritor y mientras más escribo, más me doy cuenta de las distintas habilidades que uno tiene, también algunas carencias por supuesto, y que uno tiene que ir desarrollando.
   Escribir en realidad es un autodescubrimiento porque cada vez que uno escribe personajes nuevos uno tiene que ponerse en los pies de esos personajes, pensar como esos personajes, sentir como esos personajes, y cuando uno hace eso tiene que bucear en las propias experiencias para, digamos, convertirse en ese otro y cuando uno se convierte en ese otro y te miras a ti mismo uno adquiera cierta perspectiva y es un ejercicio que uno hace. O por lo menos que yo hago cuando estoy escribiendo.

Una exploración
Además de El martillo de Pillán, que es una novela épica, Muñoz Kaiser escribió Evento Z, una novela que toca el tema zombie y que es, según su autor, una historia de supervivencia y de mucha acción.
   Además de lo anterior al joven autor le gusta explorar otras posibilidades cuando escribe. “Mi segunda novela, Warm blooded killers (WBK), es una novela negra, es un hard boiled, que es más que la novela negra. El hard boiled es una novela que tiene ultra violencia, tiene sexo duro, tiene un poco de misticismo, tiene vampiros… me di libertad con esa novela.
   “Había escrito El martillo de Pillán y la verdad es que no sabía si iba a publicar o no, así que decidí divertirme y en ese proceso decidí meterle al libro todo lo que a mí me gustaba y la verdad es que fue superenriquecedor y quedó una cosa bastante oscura y con muchas aristas”.
   Pero el camino literario de Muñoz Kaiser no se queda ahí y ahora busca retomar el estilo con el que inició: el Realismo. “Cuando yo empecé escribiendo guiones de cine escribíamos cosas bastante neorrealistas y quiero volver a esa veta un poco para poder centrarme propiamente en los personajes, aunque es algo que siempre hago, normalmente trabajo las historias desde los personajes. El conflicto externo me gusta que sea entretenido para que la novela sea dinámica y un niño la lea hasta el final aunque no entienda muchas cosas. El desarrollo de los personajes es para mí esencial”.

—¿Le gustaría ver alguna de sus novelas adaptada al cine?
Sería genial. De hecho la novela de zombies me la imagino como una serie en Chile, producida en Chile, por chilenos y en la ciudad de Valparaíso que es sumamente linda. Creo que sería una buena serie. Ahora, eso es soñar por el momento.

—El tema zombie vive un boom desde hace algunos años, ¿cree que series como The walking dead lo han abaratado?
Yo creo que la imagen de la muerte siempre es impresionante. El cine gore tiene eso, la gente lo ve para impresionarse y de hecho si hay un tipo disfrazado de zombie y el disfraz es lo suficientemente bueno uno se va a asustar con la primera mirada, siempre. Obviamente estamos ya más acostumbrados, pero creo que la imagen de la muerte y la podredumbre son cosas tan ancestrales, tan profundas de nuestra naturaleza, que siempre nos van a asustar.

—¿Qué le asusta?
Trato de no pensar en lo que me asusta. Yo veo películas de terror y me da mucho miedo. Creo que ser impotente ante una situación, eso me asusta, más que algo en particular, porque uno puede verse impotente ante la enfermedad de un ser querido o verse impotente ante un asalto… Saber que no tienes ninguna opción mas que ser una víctima, creo que eso es lo que más me asusta.

Además de novela histórica y ciencia ficción a Martín Muñoz Kaiser le gusta leer sobre sociología y psicología. “Creo que el secreto de narrar tiene que ver con conocer cómo funcionan las personas. Entonces por eso creo que la sociología y la psicología son mis puntales como escritor”


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