Entrevista con el compositor Flo Menezes
Diálogo constante
No podemos saber cuántos Florivaldo Menezes hay en
Brasil. Lo único que podemos asegurar es que Flo Menezes solo hay uno.
El reconocido músico nacido en Sao Paulo en 1962 estuvo
en Morelia durante algunas semanas para realizar una residencia en el Centro
Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS). El año pasado obtuvo el
Premio Ibermúsicas que le permitió estar en la capital michoacana para componer
una pieza interactiva para arpa y electrónica en tiempo real.
La obra, recién terminada la semana pasada, incluye
también sonidos que Menezes grabó en sitios arqueológicos de México y en la
Casa de Trotsky (Ciudad de México). El resultado aún está por conocerse pero
para cerrar con broche de oro su estadía en Morelia el músico presentó, en un
concierto de poco más de una hora, las piezas Harmonia das esferas (2000) y MetaScriptio
(2015), que se inscriben en su producción acusmática, un estilo musical en el
que no hay ejecutantes sino un grupo de altavoces que difunden las obras.
La noche fue especial. En el auditorio del CMMAS había un
círculo de bocinas dentro del que se ubicaron los asientos para el público. Los
celulares se apagaron, las luces también y fue el sentido del oído en el que
debió centrarse toda la atención para atender a las creaciones de Menezes.
Los sonidos crearon una atmósfera especial y los
presentes fueron invitados a cerrar los ojos para que, sin la tentación de
estar atisbando alguna luz o movimiento, se escuchara de verdad.
Para escuchar y no únicamente oír, se requiere de tiempo
y espacios específicos, algo que es difícil de encontrar, consideró Menezes, en
una época en la que tablets, smartphones, aplicaciones y videoclips son la
constante.
“Creo que todas esas cosas son más perjudiciales de lo
que ayudan a la escucha. Un problema es la posibilidad de interacciones o de
acceso a informaciones vía Internet y otro problema es el de la escritura
musical, que es más un problema de construcción de formas de trabajo sobre los
materiales. Para todo eso necesitas de un tiempo que es muy diverso del tiempo
del Internet que es fragmentario, problemático, acelerado, no concentrado y
disperso.
“Para componer”, añadió el músico, “necesitamos, aunque
hagamos uso de los medios electroacústicos, la dilación del tiempo para
trabajar aspectos de escritura musical”.
—Igual para escuchar, hay que buscar el tiempo para
hacerlo de verdad…
Creo que sí. Toda la música es así. La particularidad de
la música electroacústica acusmática es que es una música que es difundida por
altavoces solamente, entonces en el momento del concierto —que preserva todo su
valor porque es una especie de congregación casi religiosa—, tienes la
presencia del compositor o de quien hace la difusión electroacústica pero no es
un intérprete, es un proyector de sonidos.
Esta es una categoría de la música electroacústica, hay
otras, como la música interactiva, que es la mixta. En esta otra categoría ya
lidiamos con el intérprete y la escritura instrumental correlacionada con la
escritura electroacústica y tenemos otros tipos de problemáticas. Para las
obras acusmáticas necesitamos a ese sentido (el oído) dar una concentración
máxima.
La identidad
Flo Menezes decidió que ese fuera su nombre artístico ya
que al ser hijo del poeta Florivaldo Menezes, había muchas confusiones dado que
son homónimos. Y aunque ahora Flo y Florivaldo se pueden googlear por separado
la influencia es innegable.
“Yo vengo de una familia de artistas porque mi padre, que
tiene 84 años, es un poeta de la tradición de la poesía concreta brasileña. Yo
tenía en mi casa un ambiente cultural dentro de la vanguardia porque mi padre
hacía ese tipo de poesía que es muy visual y muy contemporánea y que nació en
Sao Paulo en 1953 con los poetas Augusto de Campos, Haroldo de Campos y Décio
Pignatari.
“Mi padre es muy culto y escucha todas las músicas, me
desperté muy temprano por la composición”, indicó el músico.
—Brasil está un tanto aislado del resto del continente,
la selva lo rodea y solo se puede llegar en avión. Además es el único país en
el que se habla portugués, tiene características que lo aíslan del resto de
Latinoamérica…
Es verdad.
—Esta identidad latina que ha surgido, ¿sí ha permeado en
Brasil?
Brasil son muchos países en un país. Es un poco como
México, porque México también es enorme y si tú vas a Yucatán, a Michoacán o al
norte son países muy diversos.
A mí no me interesa mucho la cuestión nacional de
identidades geográficas, para mí la música es un lenguaje cosmológico,
antropológico e internacional, pero yo veo que desde el punto de vista de la
divulgación cultural y la reflexión, la integración de América Latina es una
cosa muy importante. Estoy muy fuertemente impresionado por el trabajo del
CMMAS que congrega una cantidad enorme de música, bien hecha, de países
latinoamericanos.
—Tiene sangre italiana, ¿qué tanto le ha influido esa
herencia al componer?
Hay una cosa particular e interesante que pocas personas
saben —y que tampoco los italianos saben—: la ciudad italiana más grande del
mundo es Sao Paulo, porque somos 5 millones de italianos en Sao Paulo. Es más
grande que Roma o Milán, entonces hay mucha influencia italiana, sí.
De entre todos los compositores que yo asumo la
influencia, sin duda tres son los más importantes: Henri Pousseur, un
compositor belga muy interesante, desde el punto de vista armónico me
influenció mucho; el otro es Karlkeinz Stockhausen, que fue para mí un maestro;
y el más genial compositor, para mí, es Luciano Berio, que es italiano.
Entonces (tengo) el gesto italiano, la exuberancia, la
voluntad expresiva, la gestualidad muy contrastante… no toda la música italiana
es así, existe música italiana por ejemplo de Luigi Nono, no tiene nada que ver
con mi música, es opuesto pero no me interesa mucho, me interesa más la línea
de Berio, más de gesto.
—Dramática en cierto sentido
Exacto, dramática en el sentido tradicional.
En el sitio web de Flo Menezes hay un apartado en el que
se enlista su producción musical y se divide en bloques, uno de estos, que
abarca de 1986 a 1991 está denominado Fase europea e incluye piezas como La
ricerca panica di Eco, Electroacoustic sounds, Contesture III – Tempi reali,
Tempo virtuale y Kontexturen II – Schachspiegel.
Sobre este periodo creativo el músico indicó: “Para mí
fue muy importante todo mi trabajo de música electrónica en Alemania, que es
donde nació la música electrónica en 1949 en oposición a la música concreta de
París, son las dos grandes escuelas de la música electroacústica: la música
concreta parisina y la música electrónica de Colonia.
“Yo fui a Colonia para estudiar la música electroacústica
y fue fundamental. También mi acercamiento a la obra de Berio y mis estudios de
fonética y fonología que desarrollé de manera independiente durante el tiempo
que viví en Alemania. Leí todos los tratados importantes de fonética, de
fonología, de estructuralismo, todo esto fue muy importante, Europa es genial,
es una cosa increíble”.
—Siempre hay influencia europea, ¿cierto?
Creo que sí, es el viejo continente, entonces es normal,
más esto no impide que los europeos sean muy provincianos porque tienen la idea
de que Europa es todo, son eurocentristas.
—¿Y la influencia latina a Europa ya se da?
Infelizmente la música latina es siempre vista como una
música exótica por los europeos, como si fuera imposible que pudiera hacerse
una música de escritura intelectualmente desarrollada con medios tecnológicos
modernísimos en centros que no fuesen europeos. Esa es una visión provinciana
del europeo.
Es un problema de ellos, la única manera de cambiar a los
europeos en este sentido es hacer que vengan a México o a Brasil porque cuando
vienen perciben la realidad, la riqueza y la fuerza, y cuando ven la fuerza, se
ven menos como el centro del mundo.
El placer de crear
Flo Menezes no cree en las musas. Sonrió ante la pregunta
de si su proceso de creación dependía del descenso de esas diosas y
contundentemente dijo que no.
“Cada vez más entiendo a Stravinsky que decía que amaba
enormemente componer y detestaba escuchar las obras. Yo no detesto escucharlas
pero para mí sí es más placentero hacer los sonidos, componer, que escuchar.
Son raras las posibilidades reales que tengo de escucha.
—¿Qué música escucha cuando no trabaja?
Me interesa mucho, desde hace unos cinco o seis años, la
música de la Edad Media y del Renacimiento. Escucho a muchos autores de los que
estoy totalmente apasionado: Mozart, Schubert… música contemporánea también
como Stockhausen y Berio. No escucho nada de música popular, está para mí en un
mundo totalmente opuesto, yo soy adorniano, no puedo compactar con la música de
mercado.
—¿Tampoco escucha samba?
Una buena samba, de raíces, es bello, existen muchas
cosas populares muy bellas pero es como otro arte, un arte distinto de la
música que yo hago. La música que yo hago se inserta en una historia de
escritura musical que tiene 800 años de trabajo, de desarrollo de relaciones
intertextuales. Cuando compongo hago siempre intertextualidad con obras del
pasado. Cuando compones lo haces siempre a partir de un repertorio histórico
que está dentro de tu música, de tu lenguaje y de tu cabeza, esos elementos son
con los que tú dialogas. Incluso si hago la cosa acusmática radical de hoy,
estoy en la historia de la música, este es mi diálogo.
—Tiene buena parte de su vida dedicado a la música, en
este tiempo, ¿que se ha modificado en su forma de componer?, ¿qué elementos
nuevos han surgido?
Es difícil detectar en qué medida esos elementos surgen,
no sabría decir exactamente. Yo creo que cada momento de la vida es una
investigación sobre aspectos definidos. Por ejemplo, me preocupa actualmente la
cuestión de la interactividad con instrumentos con los que pueda existir una
interacción dialéctica entre los medios tecnológicos y lo que escribes para el
instrumento. Dentro de la historia de la música interactiva existe una
tendencia muy fuerte, histórica, de una mano única, lo que escribes para un
instrumento el intérprete lo toca y la electrónica acompaña, yo estoy interactuando
actualmente con formas de interactividad, donde lo que se pasa
electroacústicamente influencia la reacción del músico, como si fuera una
música de cámara. Es un aspecto muy poco investigado.
En julio de 1994 Flo Menezes fundó en Sao Paulo el Studio
PANaroma, proyecto que mantiene un impacto positivo en la difusión y creación
de música electroacústica, que a decir del artista, se produce cada vez más en
Brasil.
“Una cosa que es importante es pensar en constituir
distintos puntos de actividades culturales con la música electroacústica,
sistemas multicanales con muchas variaciones en la posibilidad de difusión. Por
ejemplo, fundé en 2002 una orquesta de altavoces que ahora tiene más o menos 60
altavoces, no los usamos todos en todos los conciertos porque es un enorme
trabajo de montaje pero en las Bienales Internacionales de Música
Electroacústica que yo organizo se monta todo. En los conciertos mensuales
tenemos 20 altavoces, que es ya un número bueno, no es ideal pero sí bueno para
tener una difusión variada en el espacio del concierto”.
—El Premio Ibermúsicas le permitió venir a Morelia, ¿qué
otras cosas le han dado los galardones recibidos?
Un premio es siempre una cosa muy buena porque te
encuentras con otros compositores. Mi primer premio en Europa fue Ars
Electronica en 1995, que me dio una proyección muy importante fuera de Brasil.
Los premios son importantes, la primera edición del Premio Gigahertz, en
Alemania, que yo recibí también. Además de la cuestión del dinero que siempre
es bienvenido (risas).
—Ha escrito sobre armonías, ¿cómo se han tenido que
adaptar para la música con electroacústica?
La armonía es mi investigación más fundamental de mi vida
como compositor, la cuestión de los intervalos de las alturas sonoras. En la
música electroacústica, dependiendo de la situación, hay una abstracción de
estos elementos y una relativización, estos elementos no son tan claros como en
la música instrumental.
En la composición acusmática entran también otros
factores que a veces, por los ruidos, superan la cuestión de la armonía, pero
en la música electroacústica es posible desarrollar una poética interválica. Un
ejemplo es Metainscriptio, que es una composición en la que hay claramente un
pensamiento de intervalos, por ejemplo, la primera frecuencia aguda y la última
son un semitono como si fuera una cadencia.
—La imagen de postal que tenemos sobre Brasil, de que es
un país muy melódico, muy musical, con gente que siempre baila, ¿es así en
realidad?, ¿cómo lo ve alguien dedicado a la música?
Creo que sí, más no sé si Brasil es más musical que otro
país. Consideremos otro país, uno que es duro, la gente nunca anda en la calle,
no bailan samba… Alemania, que es de una tradición más rígida, menos flexible
que Brasil. Alemania no es musical, podríamos decir, pero tiene en su historia
a los más grandes compositores, tú puedes recorrer toda la historia de la
música con compositores alemanes tienes a Bach, a Beethoven, a Brahms, a
Mozart… es muy relativo creo.
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