Entrevista con Paolo Giordano

El rockstar que escribe

Paolo Giordano, escritor nacido en Turín, Italia, en 1982, se convirtió en un fenómeno literario cuando en 2008 publicó La soledad de los números primos, su novela debut, con la que ganó el Premio Campiello a la Mejor Ópera Prima, el Premio Fiesole Narrativa Under 409 y el Premio Strega, que por primera vez se entregó a un autor de tan solo 26 años.
   Físico de formación y literato por decisión, Giordano continuó su camino por las letras con El cuerpo humano y más recientemente con Como de la familia (Il nero e l’argento, su título en italiano), publicada en México por Editorial Salamandra y distribuida por Oceano.
   Su más reciente trabajo literario, que ha sido calificado como una radiografía de la familia moderna, presenta la historia de Nora, su esposo y la Señora A, a quien contratan como ayuda doméstica y que termina por convertirse en la nana de su hijo y fuerte pilar de su hogar. La relación entre los cuatro personajes se transforma con los años hasta que la abrupta llegada de la enfermedad termina por cambiarla completamente.
   El joven escritor, quien en algún momento quiso ser un rockstar y quien está convencido de que las relaciones y mucho menos los sentimientos deben darse por sentado, accedió a una entrevista vía email con PROVINCIA. El correo electrónico con sus respuestas se reproduce íntegro a continuación:

—En la primera página del libro dice que la historia está basada en hechos reales, ¿es correcto?, ¿fue difícil tomar la realidad y convertirla en una novela?
Sí, el personaje de la Señora A está basado en una persona que de verdad existió. Comencé a tomar notas sobre su historia cuando se enfermó, pero empecé la novela hasta un año después de su muerte, cuando su recuerdo empezaba a desvanecerse. Fue una manera de mantenerla conmigo un poco más, supongo.

—¿Parte de tu carácter está reflejado en el personaje de la Señora A?
No realmente. Ella era muy diferente de como soy yo, igual que Nora. La mayor parte de mí está escondida en el narrador.

—La vida de la Señora A tiene, y quizás aún más cuando su existencia está por terminar, un impacto profundo y positivo en la existencia de su familia adoptiva, ¿fue difícil para ti verla morir como personaje?
Creo que a todos nos llega el momento de estar en contacto con el cáncer. Directamente o a través de un padre o un amigo. Me pasó a mí con la Señora A. La enfermedad entró en mi casa por primera vez. Pienso que fue un momento crucial en mi existencia, un buen momento para empezar a pensar sobre algo tan abstracto, y aparentemente distante, como es la muerte, y ver si yo estaba haciendo lo que podía hacer para estar preparado para ello. 

—Nora y su esposo parecen tener una relación fuerte y el lector asume al instante que se aman, pero cuando se enferma la Señora A su relación de pareja se tambalea, ¿cree que las parejas también se pueden enfermar?, ¿este tema es un temor personal?
Yo diría que todas las parejas se enferman de cuando en cuando. La que afecta a Nora y al narrador (su esposo) es un pequeño terremoto, pero a veces los pequeños terremotos son los más difíciles de enfrentar.

—¿Contrataría a una nana para sus hijos?, ¿ha pensado en ello?
Yo tuve una nana y fue muy importante para mí. Los hijos de mi esposa tienen una nana también. Creo que es bueno para un niño tener más oportunidades sentimentales, además de sus padres. Así, ¿quién sabe qué haré? y, ¿quién sabe si tendré hijos alguna vez?

—Como de la familia ha sido calificada como una radiografía de la familia moderna, ¿se siente cómodo con esa consideración?, ¿fue algo de lo que estuviera consciente cuando escribió la novela?
Claro que no fue mi intención ser muy psicológico en ningún sentido. Solo es una pequeña historia, pero es cierto que en el libro hay consideraciones sobre las familias jóvenes. Necesitaba reflejar esos temas en un momento en el que yo estaba iniciando mi propia familia.

—La novela está narrada desde el punto de vista masculino, ¿cree que la historia hubiera sido distinta si Nora fue la narradora?
Seguramente sería diferente y tendría curiosidad de leer qué tanto, pero la perspectiva de Nora está casi prohibida para mí. Es por eso que la encuentro tan atractiva.

—Declaró alguna vez que La soledad de los números primos es una novela sobre un amor imperfecto, ¿este nuevo libro es sobre la imperfección del amor dentro de una familia?
Creo que en este caso el amor funciona bien. Nora y su esposo se aman y están tratando de hacer lo mejor para su hijo. Pero aun así hay imperfecciones. Todos soñamos que algún día seremos los padres perfectos y que haremos todo bien, pero cuando el sueño se vuelve realidad nos damos cuenta de que hay varios factores que no podemos controlar.

—Culturas latinas como la italiana o la mexicana tienen como verdad irrefutable que la familia siempre estará ahí para ti. ¿Esa presencia eterna es siempre para amarte y apoyarte o es solo una excusa para juzgarte?, ¿Qué piensa?
Ese es el gran dilema sin resolver en mi vida. Probablemente es la razón por la que escribo… está claro que tengo problemas con la idea de la familia. Aún no puedo encontrar una alternativa para mi vida, nada que tenga la esperanza de construir.

—Si le pregunto ahora sobre su profesión, ¿cuál sería su respuesta?, ¿físico o escritor?
Escritor, lo que sea que eso signifique.

—¿Es fácil ser escritor?
Es fácil ser escritor, nunca es fácil escribir.

—Cambió lo que cualquier madre consideraría un buen trabajo para ser escritor, una forma de vida que no mucha gente tendiente, ¿qué dijo su madre al respecto?
Se sorprendió cuando publiqué mi primera novela. Ella no sabía siquiera que estaba escribiendo en mi tiempo libro, tiendo a ser muy reservado. Después nunca hablamos al respecto en realidad.

—Ha declarado que tiene como sueño ser un músico, un rockstar, y creo que es un rockstar literario, además de que su look es el de uno, ¿se siente así?
Realmente no concuerdo pero gracias. Al menos es un consuelo, aun así elegiría ser un rockstar verdadero…

—¿Cómo se siente respecto a la fama y el reconocimiento?
La fama es ciertamente un término exagerado. Un escritor, incluso uno exitoso, nunca vive algo que se pueda comparar con lo que las verdaderas estrellas experimentan, quienes aparecen en la televisión, por ejemplo. Por suerte. Es algo que no busco para nada. Pero claro que estoy feliz de que mis libros sean leídos, me da la oportunidad de vivir de la literatura, lo que es un gran privilegio actualmente.

—Dijo alguna vez que se sentía como un número primo: aislado, solitario, extraño, ¿aún se siente así o expresarse por medio de la literatura le ha permitido superar esos momentos de rareza e incomodidad?
Aún me siento así a veces, espero nunca dejar de hacerlo.

—¿Antes de convertirse en escritor fue un lector consumado?
Sí, siempre he sido un fuerte lector.

—¿Qué está leyendo ahora?, ¿a un escritor mexicano quizás?
Prometo que lo haré, pero ahora estoy leyendo todas las novelas de Marilynne Robinson, una autora estadounidense extraordinariamente talentosa.

—Hicieron una película con La soledad de los números primos, ¿se siente feliz con el resultado?
Sí, estoy feliz porque la película es muy diferente del libro, tiene su propia estética, su propia interpretación de la historia. No veo la necesidad de que imitara al libro.

—¿Debemos esperar una película de Como de la familia?
No que yo sepa.

—¿Qué sigue?, ¿está trabajando ya en su siguiente libro?
Apenas empecé. La parte más espantosa y la mejor parte del proceso de escritura.

—¿Vendrá pronto a México?
¿Me invitarían?



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