Entrevista sobre Examen de mi padre
Disección del dolor
Jorge Volpi está consciente de su
propia finitud desde que tenía 15 años de edad, para lo que no
estaba preparado, dijo en entrevista para am, es para ver partir a
los demás.
Cofundador de la Generación del Crack
junto con el recién fallecido Ignacio Padilla, el autor de En busca
de Klingsor y Las elegidas -por mencionar sólo dos de sus obras-, ha
estado marcado siempre por esos cracks, esos desprendimientos
sociales y personales que le han tocado vivir.
Las crisis económicas de México, el
terremoto de 1985, el Zapatismo y la Guerra contra el narco han sido
los grandes resquebrajamientos experimentados por el escritor y, de
manera más reciente, dos muy íntimos lo han golpeado: la muerte de
su padre, en 2014 y la de su colega y amigo, Ignacio Padilla, apenas
el mes pasado.
A la primera de las pérdidas señaladas
decidió hacerle frente escribiendo. Esa fue la génesis de Examen de
mi padre, publicado por editorial Alfaguara que Volpi presentó a
principio de este mes en León, Guanajuato. Este libro, dijo,
representa la finalización de un duelo justo cuando debe iniciar
otro.
“Este es un libro muy personal, creo
que muy distinto de lo que he escrito hasta ahora. Es una colección
de 10 ensayos que tienen como punto de partida la muerte de mi padre,
hace dos años. Él era cirujano y decidí entonces a lo largo de un
año -como una especie de duelo-, escribir 10 textos, 10 ensayos que
partieran de él, de su relación conmigo y de su profesión de
cirujano y por lo tanto de una parte del cuerpo”.
El rumbo de los ensayos, añadió,
sería libre, los dejaría que derivaran hacia cualquier rumbo pero
con la intención de ‘aterrizar’ en el México actual.
“Se trata más bien de un examen que
yo le hago a mi padre pero también de un examen que intento hacerme
a mí mismo y un examen del México que estamos viviendo desde estos
últimos años”.
-Alguien podría decir: ¿qué de
interesante tiene hablar de mi padre? Pero en el libro se empiezan a
ver todas las ramificaciones que tiene una vida, haya sido o no
alguien ‘famoso’ de quien se habla.
Exacto, no se trata de una biografía,
tampoco es un libro de memorias en este caso, son ensayos narrativos
que parten de la figura de mi padre como alguien que simplemente
vivió durante 80 años de México, desde 1932, y la manera como él
veía a México, la manera como se veía a sí mismo y, de alguna
manera, creo que así se retrata mi relación con él. Me retrato a
mí mismo.
-¿Se hizo presente el pudor al estarlo
escribiendo?
Esto siempre es difícil. Escribir sobre
pérdidas es siempre arduo pero también sí constituye una especie
de tradición literaria, desde las Coplas a la muerte de su padre, de
Jorge Manrique, a decenas de libros que tratan sobre muertes de
padres, de hermanos, de hijos, de amigos...
Es difícil, hay que tener efectivamente
una obligación de ser lo más sincero posible porque si no, no
tendría ningún sentido escribir sobre un tema de esta naturaleza.
Examen de mi padre, señaló Jorge
Volpi, sale a la venta en un momento que resulta doloroso para él:
la reciente muerte de Ignacio Padilla.
“Ahora se ha dado esta coincidencia
un tanto terrible para mí, para muchos, que es un libro sobre el
duelo sobre mi padre justo cuando estoy empezando un duelo nuevo por
la muerte de uno de mis grandes amigos”.
-Podríamos decir que toda muerte es
un crack si tomamos a la palabra como onomatopeya de algo que se
rompe.
Sí, cualquier muerte es una ruptura,
una resquebrajadura, que era el simbolismo que le queríamos dar a la
palabra crack y, bueno, ahora la tenemos amplificada.
Una de las coincidencias terribles de
esta historia es que el último curso que dio Nacho Padilla en la
Universidad Iberoamericana, donde era profesor, era un curso de
libros sobre pérdidas, justo de estos libros a los que me refería y
el último libro del que habló con sus alumnos era el manuscrito de
Examen de mi padre. Las coincidencias entre nosotros se mantuvieron
hasta el final.
-¿Qué tanto abonaron estos hechos
dolorosos a que tomara conciencia de la finitud de su propio cuerpo?
Por alguna razón que tendría que
desarrollar en psicoanálisis, yo he tenido una conciencia muy clara
de mi propia muerte desde los 15 años, de la finitud de la vida. Yo
soy ateo, no creo que exista nada más y siento desde los 15 años
que la vida es absolutamente efímera y que hay que aprovecharla al
máximo simplemente porque, aunque sea absurda, es lo único que
tenemos.
De lo que yo no estaba tan consciente
era de la muerte de los otros, de la mía sí, siempre lo he pensado
que puedo morir en cualquier momento, no creo en la trascendencia ni
en la vida futura, pero para lo uno no está preparado es para la
muerte de los otros. Incluso la de mi padre, que llevaba muchos años
enfermo, fue aún así sorpresiva y mucho más -y por lo tanto no más
terrible pero sí sobrecogedora-, la de alguien tan joven y con
tantos proyectos de vida como Nacho Padilla.
-En el libro aparece Ambroise Paré a
quien su padre admiraba y cuya frase era “Yo lo traté, yo lo vendé
y Dios lo curó”, ¿qué tanto conflicto había entre su padre y
usted por esa religiosidad?
Uno tiene lo que imita de su padre y lo
que uno se enfrenta a su padre. Mi padre era católico, un católico
mexicano no practicante pero muy convencido de una religiosidad
íntima, lo fue hasta el último día de su vida, en eso creía y,
bueno, el diálogo con él también tenía que ver con que él
tuviera estas creencias y yo no.
-¿En qué cree Jorge Volpi?
Creo en lo que te decía antes: que lo
único que tenemos es la vida y pues hay que tratar de aprovecharla
al máximo y ese aprovecharla al máximo es tratar de ser lo más
feliz posible.
Un libro discretoExamen de mi padre, el nuevo libro de Jorge Volpi ya está en librerías pero se ha presentado sólo una vez.
El Museo de Arte e Historia de Guanajuato fue el escenario para la primera charla acerca de este ejercicio íntimo sobre el dolor, el duelo y la pérdida.
Volpi señaló que será muy poca la promoción que haga sobre esta publicación. La siguiente charla sobre ésta será en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara en diciembre próximo.
“Evidentemente es un libro doloroso, un libro sobre el dolor frente a la pérdida en un momento doloroso para mí y es un libro también sobre lo doloroso que ha sido el México que hemos vivido desde el 2006”, señaló el autor a a.m.
“No es un libro con el cual festejar, es más un libro con el cual reflexionar. No es que me interese hacer promoción, es más bien: aquellos lugares que me parece donde puedo reflexionar en voz alta sobre esto, lo hago simplemente”.
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