Entrevista a Donatella Iannuzzi de Gallo Nero Ediciones
Sin vocación nada
Sorteando obstáculos y hasta una huelga sindical, El Traspatio.
Encuentro de Editoriales y Editores Independientes comenzó ayer con algunas
actividades y tendrá hoy la parte fuerte de su programa.
Con presencia de editoriales de Guadalajara, Oaxaca,
Cuernavaca y Madrid, la primera edición de El Traspatio está enfocada en
mostrar qué sucede detrás del libro, quiénes lo hacen, por qué lo hacen.
Una de las invitadas especiales al encuentro, la editora
Donatella Iannuzzi -quien fundó Gallo Nero Ediciones hace cuatro años en Madrid-,
habló para PROVINCIA sobre las dificultades y satisfacciones de animarse a
abrir una editorial independiente.
-En general no es un momento tan bueno para los negocios,
la crisis y los recortes golpean mucho a las empresas pequeñas, ¿qué hizo que
llegara al mundo editorial?
De hecho si hubiera pensado en el negocio seguramente no
habría montado una editorial, pero bueno, ha sido vocacional, siempre he sido
muy lectora y desde que llegué a Madrid hice un máster de edición, luego empecé
a trabajar para otras editoriales, llevaba en una parte edición, en otro lado
(llevaba) prensa y comunicación, y los libros que estaba manejando no eran de
mi gusto, pero bueno, el trabajo editorial tiene algo que engancha mucho.
En España también había terreno fértil porque estaban
surgiendo muchas editoriales pequeñas, casi de un editor, como es mi caso
también, y eso yo creo que me animó un poco a intentarlo y la verdad es que después
de cuatro años estoy bastante satisfecha, no es un negocio para hacerse
millonario pero eso todo mundo lo sabe, y si no lo sabe debería saberlo, porque
sí que parece muy bonito pero en fin, es un oficio como otros, yo sí lo
entiendo como oficio, y bueno, aquí estoy, sin vocación no se podría hacer, son
muchas horas de trabajo para muy poco dinero.
-¿Qué es lo más difícil en una editorial independiente?
Asumir varias facetas del trabajo, yo para algunas
facetas del trabajo no estaba preparada, entonces (fue) un poco aprender sobre
la marcha, eso sí que ha sido complicado. Después de cuatro años empiezas a
controlarla toda pero de repente es controlar también producción, el trato con
imprenta, la cuestión de los papeles, son cosas (que) de entrada uno piensa que
un editor no tiene porqué saber.
Sí que tiene facetas muy técnicas, parece muy literario
todo pero la mayor parte del trabajo editorial es un oficio técnico, y esas son
cosas que hay que asumir y aprender a hacerlas, yo creo que eso fue complicado.
-¿Y lo más fácil?
Yo pensaba que iba a ser más difícil la aceptación por
parte de prensa y público, y libreros también, pero realmente conmigo siempre
hubo muchísimo cariño. Me pareció fácil en el sentido que desde el principio
entendieron el proyecto, entendieron la vocación, entendieron el espíritu, que
no era el espíritu de una editorial grande, y he tenido mucha complicidad por
parte de los factores que luego importan como el librero que vende los libros,
la prensa que nos ha ayudado mucho… eso sí que ha sido bastante fácil.
-Comentó que cuando abrió Gallo Nero surgían otras
editoriales pequeñas, ¿cómo es la relación entre editores independientes en
España?
Yo diría que buena, es buena en el sentido de que todos
somos amigos, coincidimos mucho en feria, muchos tenemos el mismo distribuidor,
compartimos librerías en el sentido de que estamos siempre todos juntos, ahora
de ahí, a que haya una voluntad para asociarse y hacerse más fuerte todavía no
la hay, que realmente es lo que importa, pero nos llevamos bien.
Competimos, porque esa es la realidad, todos son mi
competencia, pero es verdad que todos en nuestro nicho tenemos algo que
aportar, no todas aportamos lo mismo, somos más bien la suma, por eso me
extraña que todavía no logremos hablar de una forma de asociacionismo que nos
ayudaría de cara a abaratar costos de producción y bueno, muchas cosas, eso
sería un punto que habría que fortificar, yo creo, pero por lo demás nos
llevamos bien. No hay enemistades, no hay espionaje industrial, no, nos
llevamos bien.
-¿Antes de El Traspatio conocía editoriales independientes
mexicanas?
No, ninguna. Bueno, la única que conozco es Sexto Piso,
por el hecho de existir también en España, están ahí desde hace muchos años, y
es la única, las demás no. Las fui buscando en Internet para ver un poco el
perfil pero no las conocía y bueno, me sorprendió, es una dinámica muy parecida
a lo que está pasando en España, de muchos editores valientes que de repente
dicen: ‘Bueno, voy a montar una editorial’, es lo mismo. Sí, somos parecidos.
-¿Cómo ve una editorial independiente al libro
electrónico?
Yo creo que estamos un poco perdidos. Como amenaza no veo
al libro electrónico, ahora bien, yo no soy lectora de libro electrónico pero
entiendo que para la sobrevivencia de mi negocio, en algún momento tendré que aportar
la parte electrónica, pero lo importante (es que) no creo que vaya a restar algo
a mi editorial, la clave está en aportar el libro electrónico pero, como hemos
hecho con el papel, haciéndolo a nuestra manera, llevándolo a ediciones bonitas,
muy cuidadas… se puede hacer lo mismo en electrónico de lo que estamos haciendo
en papel.
No hay que ceder a eso de conversión, que ya no se habla
de edición para lo electrónico, es conversión, hay que convertir a libro
digital, (yo) no quiero convertir, me gustaría plantearme algo más serio y a
largo plazo de tener una editorial paralela o la misma, pero en digital, yo
creo que va a enriquecer, (si) está hecho para ganar nuevos lectores está bien,
luego a lo mejor se puede mezclar, un lector que compra el digital en algún
momento comprará un libro mío en papel.
Al final no, amenaza no la veo, ahora, tampoco creo que
sea el negocio del futuro, la verdad, los resultados están a la vista, no se
está vendiendo lo que ellos decían; los aparatos se están vendiendo mucho y muy
bien, que era el negocio del libro electrónico, es un negocio además que no
está pensado por editores ni hecho por editores, y se nota, mira Amazon, vende
la lavadora y luego vende el libro electrónico.
No es un negocio hecho por editores, está hecho por ingenieros,
así que bueno, habrá que mejorarlo, está ahí pero creo que podemos aportar algo
al libro electrónico.
-Si de usted dependiera, ¿qué haría para fomentar el
gusto por la lectura?
La verdad es que está complicado, estamos en un momento
en el que el libro injustamente está compitiendo con otros aparatos de ocio,
los videojuegos, las series de televisión… todo es competencia para el libro,
entonces sí lo veo complicado.
Lo que importa es que se vuelva a pensar en el libro como
algo que sí te da algo diferenciado, es decir, la gente tiene que concienciarse
que un videojuego a lo mejor no te aporta tanto como un libro, y eso es
complicado, que se haga desde los editores pequeños es muy complicado, porque
no tenemos medios, pero creo que a nivel institucional debería empujarse por
ahí, es decir, otra vez educar y sobre todo desde pequeños, porque lo que está
pasando con esos padres que no están leyendo es que sus hijos tampoco leerán,
eso sí preocupa, y parece que está tan avanzado el perfil no lector que como
que no se puede parar.
Yo estoy segura que hago el quehacer, aportar ediciones
bonitas yo creo que está haciendo que la gente caiga en la compra y eso es un
paso. Como ahora todo es objeto, la gente quiere tener lo bonito, no lo útil o
lo que aporte algo intelectual, con que sea bonito estéticamente lo compra, y
eso es un gancho que las pequeñas estamos usando, que lo compre por bonito,
luego algún día lo leerá y por lo menos tiene un libro en su casa que ya es
algo.
-Mencionó la parte vocacional de su oficio, ¿recuerda
cuál fue el primer libro que leyó?
Tengo varios recuerdos con primeros libros, pero creo que
El viejo y el mar de (Ernest) Hemingway -que sí lo leí por ahí como a los 12
años como libro de adulto- me impresionó, además es que era un libro pequeño, -recuerdo
haberlo leído de un tirón, que ahora sé que no leo un libro de un tirón,
normalmente procuro leer más espaciado-, pero El viejo y el mar de Hemingway me
impresionó, lo tengo como recuerdo, fue como decir: ‘Uf, me gusta eso’.
-¿Qué libro está leyendo actualmente?
Vengo de Argentina y compré todos los relatos de (Roberto) Fontanarrosa sobre futbol y ahí ando. Me encanta, literatura y futbol es una combinación (por la) que tengo debilidad… tengo dos libros de boxeo en mi editorial, una es una novela de boxeo de los (años) 50, me gusta la combinación, mucho. (De) los relatos de Fontanarrosa había leído dos, no sabia que los habían recopilado en una edición y la compré en una librería de viejo en Buenos Aires, ahí estoy con eso, súper emocionada.
Vengo de Argentina y compré todos los relatos de (Roberto) Fontanarrosa sobre futbol y ahí ando. Me encanta, literatura y futbol es una combinación (por la) que tengo debilidad… tengo dos libros de boxeo en mi editorial, una es una novela de boxeo de los (años) 50, me gusta la combinación, mucho. (De) los relatos de Fontanarrosa había leído dos, no sabia que los habían recopilado en una edición y la compré en una librería de viejo en Buenos Aires, ahí estoy con eso, súper emocionada.
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