Entrevista con Ramón Valdés Elizondo
La aventura interna
La aventura de Ramón Valdés Elizondo
está lejos de terminar. Luego de años de escribir sin compartir sus
historias, animado por su familia, se decidió a buscar la
publicación de Flor negra, primera entrega de la trilogía épica
protagonizada por Boox Nikté.
Se trata de una novela juvenil pero que
no sigue los convencionalismos de este subgénero. Ambientada en el
mundo maya, la trama desarrollada por Valdés Elizondo, recupera
antiguos mitos para sumergir al lector en un mundo en el que luz y
oscuridad, vida y muerte, van siempre de la mano.
Radicado en Yucatán, el autor utilizó
su entorno para crear su trilogía. “Fue una coincidencia”, dijo
en entrevista para am. “Yo empiezo a estudiar, por un azar, sobre
aluxes, me voy a la biblioteca central de la Universidad de Yucatán
y de ahí conozco La leyenda del rey adivino de Uxmal, una leyenda
muy corta, la leo y digo: ‘Wow, quiero investigar más’. Viene el
proceso de investigación, empiezo a conocer los seres fantásticos,
y digo: ‘Esto es una saga, esto es algo que tenemos que contar’”.
-Flor negra es un libro que narra una
aventura épica, ¿fue una aventura escribirlo?
Definitivo. Creo que no puede haber una
sin la otra, una escritura tiene que estar esmaltada de aventura, si
no, no puede tener profundidad. Sí, fue una aventura de cinco años
en todo sentido.
Aventura en el sentido desde la
investigación que se tiene que hacer porque hay que meterse a la
selva maya, meterse a las ruinas, a los cenotes, a las cavernas,
entrevistar gente... me entrevisté con brujos, con sanadores... y
una aventura también mar adentro, una aventura en la que vas
construyendo una saga, en este caso, una trilogía.
Sin duda fue una aventura muy peculiar
y luego la segunda aventura: publicarla, y la tercera, promocionarla.
-En la novela está muy presente la
dualidad luz-oscuridad, bueno-malo, vida-muerte, ahora que todo mundo
dice que ‘vibra en luz’, ¿cree que la parte oscura que hay en
todos es algo que no se acepta?
Cuando hablamos de la aventura yo dije
que era también mar adentro, y precisamente el libro habla de eso.
Independientemente de la historia de la chica que va perdiendo la
inocencia y se va haciendo una hechicera y tiene esta gran travesía,
el entrar al inframundo significa explorar nuestros miedos, explorar
nuestra oscuridad. Ella está a punto de hacerse una asesina en algun
momento, ronda siempre su lado perverso, que está ahí y lo vamos a
descubrir.
Yo les digo a todos los que me han
hecho el favor de leerlo que no esperen una historia lineal, no
esperen a la heroína ni al antihéroe per sé, no, es una mujer
llena de dualidades, como somos los mexicanos.
La parte del rito de la muerte que
tanto nos reconocen en el mundo, es justamente la dualidad, la muerte
vestida de vida, la vida siempre cerca de la muerte.
En la parte medular de la
transformación de Boox Nikté, la protagonista, heroína y lector se
sumergen en Xilbalbá, el inframundo de la cosmogonía maya. Un sitio
magnífico y espeluznante que mostrará lo mejor y lo peor de lo
humano y lo divino.
“Eso es, es un viaje mar adentro, es
una propuesta de decir: la verdadera aventura en la vida, Xilbalbá,
es adentrase a uno mismo, explorarse uno mismo”.
Por eso, señaló Valdés Elizondo, una
parte importante de los rituales mayas se hacían en grutas y
cenotes, para adentrarse en la Tierra, en la entraña.
"Esa parte hipster de que todo es luz
y vibro chido... no puede haber luz sin oscuridad, el demonio que
aparece en el libro lo dice: ‘Yo soy el gran dador de contrastes’.
Esa es una de las apuestas de libro”.
-La parte en que se describe cómo es
la vida primera de Boox Nikté, pareciera un libro costumbrista, casi
una narración antropológica...
Tiene que haber una combinación. Tiene
situaciones antropologicas, claro; situaciones constumbristas, claro;
los tres libros lo tienen pero toma más potencia, conforme avanza la
novela, la parte mitológica y la parte épica. Porque son varias
épicas, es una propuesta de épica mexicana, vamos a hacer épica
también nosotros, ¿porqué solamente los griegos o ahora los
gringos y los ingleses?, ¿por qué sólo ellos? Y en sus reglas,
además. ¿Por qué seguir ese canón? Y yo dije: “No, vamos a
hacer algo distinto y si no pega ni modo, no pegó”, pero hay que
proponerlo.
Por tres
La historia de Boox Nikté, compartió
su autor, estuvo pensada como trilogía desde el inicio. Cuando las
historias se convierten en sagas, dijo, se nota la adición.
“Ésta estuvo confeccionada como una
saga. Te puedo decir que el segundo párrafo de este libro es
determinante para el final de la historia. Todo el tiempo tiene estas
señas, guiños por todos lados, que pasan desapercibidos pero al
momento de leer los demás te das cuenta.
“Se concibió como una saga y te
puedo decir que son tres libros. Punto. No va a haber cuarto. Podrá
haber historias laterales pero en esta historia de Flor negra, de
Boox Nikté, son tres libros”.
-¿Ya está terminada?
Terminada. Sin duda ahora que se está
trabajando el segundo libro hay correcciones y cosas que se van
agregando pero digamos que la historia como tal ya está terminada.
-Durante mucho tiempo escribió y lo
mantuvo en secreto, ¿qué hizo que decidiera publicar finalmente?
La verdad es que es un rompimiento
conmigo mismo. Yo estaba dedicado a la abogacía y a la politica y no
era feliz. Escribo desde muy chavo y di el paso al vacío, salté y
dije: “Me voy a arriesgar”.
Evidentemente cuando ya terminas y con
todo el rollo de publicarla, mil veces me pregunté: “¿Qué
demonios estoy haciendo?”, es una pregunta real, clara, que no ves
pa’ donde. Te puedo decir que no vivo de esto, todavía no. Así
creo que tenemos que enfrentar las decisiones en la vida.
-¿Consume literatura de fantasía?
Literatura en general, de fantasía
también, aunque te hago una confesión, como Flor negra no hay mucho
al respecto. Es una saga épica, que hay mucho, pero no en estos
términos, es un poco hasta iconoclasta.
No tenía mucho de donde agarrarme, si
yo me iba a Tolkien, a Juego de tronos, a Percy Jackson, incluso
anteriores, sí hay siempre un hilo conductor que lleva a esas sagas,
traté de que aquí no fuera tan evidente, creo que hay más
influencia de otro tipo de literatura que de las sagas fantásticas.
-¿A qué autores mexicanos lee?
Muchos. Soy fanático de Juan Rulfo, no
puedo desvincularme de Pedro Páramo, podrán decir lo que quieran
pero para mí es la máxima expresión de realismo mágico. Para mí,
como lo dice Borges, la máxima condensación está en ese librito,
cada vez que lo lees es una aventura nueva.
No puedo desvincularme de los nuevos
escritores como Antonio Malpica, BEF... puedo decir que disfruté
mucho Diablo guardián de Xavier Velasco, pero por otro lado puedes
leer a Poniatowska y también es maravillosa. Así te vas... soy un
lector general, no sólo de este género, porque creo que este
género, eso sí, es el que más amplitud te permite, aquí las
reglas se ponen de manera distinta, se puede tocar casi lo que sea.
-No es narración en primera persona
pero de cualquier manera está el filtro de Boox Nikté, ¿fue
sencillo construir esta mirada a través de una mujer?
Yo tenía que explorar mi lado femenino
y no tenerle miedo, esa es una cosa muy importante, y lo exploré.
Traté de meterme. Debo decir que ayudaba mucho que mi Boox Nikté,
estaba en casa, la volteaba a ver y estaba en ese momento lavando los
platos o diciéndome: ‘Saca la basura’.
En el segundo y tercer libro se empieza
a jugar con las voces, hay partes que están en primera persona luego
otra vez en tercera por una situación importante que sucede en la
saga.
-¿Le gustaría ver la historia
adaptada al cine o a la televisión?
El autor que te diga que no es un
soberano hipócrita, mentiroso. Me acuerdo mucho de Paulo Coelho que
decía que nunca iba pervertir sus libros y ahí lo tienes firmando
cuatro o cinco contratos.
¿Qué te digo yo? Me encantaría que
un director mexicano hiciera esto, imagínate. No en términos de
película, me gustaría una serie. Ese es mi wishlist.
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