Entrevista a Joël Dicker, autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert

La maldad está en nosotros: Joël Dicker

Sin duda 2013 fue un año excelente para el escrito suizo Joël Dicker, quien de la mano de su novela La verdad sobre el caso Harry Quebert  (Alfaguara) ganó fama mundial.
   La crítica y los lectores se desvivieron en elogios para el escritor quien comparte algunas similitudes con su personaje central, Marcus Goldman, sin embargo aseguró enfático que no es para nada autobiográfico.
   Su libro tiene como premisa inicial responder a la pregunta ¿quién mató a Nolla Kellergan? Pero conocer la repuesta a ese cuestionamiento, al contrario de la cita bíblica “La verdad os hará libres”, causa en realidad lo contrario.

-¿La verdad libera? ¿O puede condenarnos?
   No lo se, ese es el punto, la verdad es muy diferente según el punto de vista, según lo que creas tú o lo que crea yo, como (decir) “hoy es un día hermoso”, yo llegué ayer de Ginebra y está (la temperatura) a menos 3 grados, es un frío congelante, está nevando, y aquí está soleado y cálido pero es mi verdad, tal vez tú piensas “no está tan cálido”, no es un buen ejemplo pero la cuestión con la verdad no es liberar a la gente sino entender la visión de algo o alguien. No hay una sola verdad, hay muchas verdades sobre un mismo evento, la verdad es muy personal, tu verdad nunca será la mía y es muy interesante porque si hay un juicio o un accidente automovilístico y la policía viene a preguntar ¿qué viste? Tú puedes decir: “Yo vi a esta persona manejando de cierta manera” y si preguntan cuál era el color del coche puedes decir “estoy seguro de que era negro” pero alguien al lado tuyo puede decir “no, era azul” y otra persona más decir “no, no, era verde”, y probablemente el coche era rojo, esa es la verdad, sin importar el color del coche, es algo muy personal, pertenece a tí y es un derecho, un justo derecho por que es tu visión de la realidad.

-En la novela Marcus Goldman cree que conoce a Harry Quebert y resulta que en realidad no, ¿cree que realmente se llega a conocer a alguien?
   Siempre hay partes que faltan, y entre más conoces a las personas más las entiendes, hay un dicho en francés que dice: “¿Qué es un amigo? Alguien a quien conoces muy bien y a quien quieres de todas maneras”, ese es el punto. Todos tenemos un lado oscuro, un lado que escondemos, cosas que no decimos, pero es más interesante, más allá de los amigos, comprender que no conocemos a la gente con la que trabajamos, creemos que sí pero no es así, por ejemplo compartes quizás el mismo escritorio con un colega en el trabajo pero al final te das cuenta de que no lo conoces porque si se van a tomar una copa o se encuentran en la calle y tratan de hablar y no se da porque no se conocen muy bien y eso es muy interesante, porque debemos aceptar que hay muchos lados (aspectos) de una misma persona.

-¿Cree que es un derecho guardarse cosas para sí mismo?
   Sí, es nuestro derecho y es muy justo, si no deseo compartir algo contigo es mi derecho, si lo quiero compartir únicamente con algunas personas es mi derecho y si quiero guardarlo para mí es mi derecho, tenemos el derecho de tener una vida privada, debería decir una vida íntima, una vida que es solo para nosotros, todos tenemos ese derecho, nuestros gustos sexuales, nuestros gustos en la vida, nuestros pensamientos, hay muchas cosas que no compartimos, es nuestro derecho, está bien.

-En su libro se hace referencia, y es una muy importante, a la novela titulada Los orígenes del mal, en la vida, ¿dónde cree que radica ese origen?
   Yo diría que está en nosotros, todos tenemos el mal en nosotros y está bien, diré que está bien mientras sepamos lidiar con eso, entenderlo y reconocerlo, “sí, tengo una parte malvada y ya está”, no es tan serio, no debe ser un problema, y creo que sí es un problema cuando decimos “no tengo ningún lado malo (negativo)”, “ yo soy muy bueno”, “no tengo problemas” y todos los tenemos, pero ¿qué es el mal?, es como la verdad, el mal para mí puede no ser lo mismo que para tí o para alguien más. Tal vez para tí la maldad es tener un celular y yo tengo un celular, entonces esa es mi parte mala para tí pero para mí no es tal, tal vez para mí la maldad es tener un iPad, sé que son malos ejemplos otra vez pero es nuevamente un nivel de pensamiento muy personal.

-Flaubert dijo “Madame Bovary soy yo”, ¿Marcus Goldman es usted?
    No, es muy interesante porque en la literatura francesa tenemos un gusto muy apasionado por la llamada utter fiction, que significa contar mi propia vida, algo que yo encuentro muy aburrido, porque para mí el propósito de una novela es salir de mi propia vida, porque lo que quiero cuando escribo una novela, y es una opinión muy mía, es que mis lectores puedan salirse de su propia vida porque eso es lo que busco cuando leo un libro, yo espero tener la posibilidad de soñar y de viajar, entonces eso es lo que trato de hacer cuando escribo.
Me gusta escribir de algo con lo que no tengo relación  y por eso no me siento vinculado con el personaje de Marcus, para nada, claro tenemos la misma edad (él y el personaje), pero en 15 años podría vincularme más con el personaje de su mamá, su papá o con Harry Quebert, va a evolucionar con seguridad, lo que quería era usar (en la novela) era la primera persona, el yo, quería ser coherente, porque mi novela anterior que se llamó en inglés The last days of our fathers -que creo que saldrá en español en junio próximo-, era una historia que se desarrollaba en la Segunda Guerra Mundial y mucha gente me dijo “es una buena historia pero es durante la guerra y tú no habías nacido, ¿cómo lo hiciste?”, entendí que hubo un problema con mi credibilidad y no quería que pasara eso otra vez, por eso es que usé la primera persona (en La verdad sobre el caso Harry Quebert), quise un personaje que estuviera más acercado a mí pero solo por eso.

-¿Se ha planteado hacer una adaptación al cine o a la televisión?
   Yo no, sí hay mucho interés pero no voy a trabajar en el proceso, hay gente muy interesada en hacer una película y estoy muy interesado en lo que vería un director de cine en el libro y cómo lo adaptaría según su visión, y claro, se llama adaptación, es adaptar la novela a la película y no es un libro, es una película, es muy diferente, no sé cómo se convertiría un libro de más de 600 páginas en (una cinta de) dos horas, es muy difícil, pero ese sería su trabajo y a mí no me gustaría intervenir porque sería muy duro para mí cortar cosas o elegir (personajes).

-¿Ha leído autores latinos?
   Debo decir que no mucho, he leído Cien años de soledad, que es un trabajo hermoso, pero me temo que es todo, es terrible que me lo preguntes porque cuando empecé el tour con mi primer libro fue en Francia y Suiza y solo (me preguntaban sobre) autores franceses que es de donde vengo y sé mucho, pero luego empecé a viajar y fui a Rumania, Portugal, España, y me preguntaban “¿cuál autor de nuestro país ha leído?” y me sentí muy avergonzado porque es así como te das cuenta que tan básica y pequeña es tu cultura, aunque seas muy cultural, quiero decir en un contexto global, y es (a la vez) muy hermoso porque el mundo es tan rico; cuando viajas mucho puedes ver Starbucks, Burger King y gente que se emociona porque los haya pero cuando viajas debes experimentar, cuando ves la globalización es algo intimidante y preocupante, pero cuando te das cuenta qué tan rico es el mundo y sus culturas, es un alivio y me disculpo por no saber mucho de literatura latina pero estoy contento por ver la riqueza de la literatura.


Foto: joeldicker.com

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