Reseña de Tenebroso. El último inmortal
Con sabor a moronga
En el ideario colectivo las creaturas
de la noche son siempre peligrosamente seductoras pues encarnan todos
los deseos que una persona, digamos, normal, no se permite
satisfacer. Así, entre sombras y con fascinación, hemos aprendido a
observar, con una mirada presta a desviarse, a esos seres que
despiertan cuando la mayoría decide ir a dormir.
¿Pero qué pasa cuando un haz de luz
ilumina lo suficiente como para darnos cuenta de que ese al que vemos
es peligroso, sí, pero nada seductor?, ¿nos vamos decepcionados o
se renueva el interés al descubrir que en la apariencia de
“normalidad” se puede esconder la más profunda oscuridad?
Las respuestas a lo anterior quizá se
puedan encontrar al leer Tenebroso. El último inmortal la más
reciente novela del autor mexicano Juvenal Acosta publicada por
Planeta. La trama, protagonizada por Tenebroso Acosta de la Cruz -una
especie de vampiro chilango afecto a los tacos de moronga que padece
de caspa y un ligero sobrepeso-, permite ver que la noche tiene
muchas caras y también muchos sabores.
La narración, irónica y sarcástica,
tiene a ratos el gusto ferroso de la sangre y algunos toques de
crueldad y violencia, elementos omnipresentes en un país como México
y una ciudad como su capital en la que Tenebroso es guía pero
también pilar fundamental.
Con casi 200 años de existencia, el
protagonista de esta historia puede ser, cuando se trata de amores,
calamitoso y propenso a la autoconmiseración –como a casi todos
los mexicanos nos pasa-, pero también orgulloso en extremo y actúa
en consecuencia cuando le han herido el orgullo. Así, entre esos dos
polos, avanza la historia de un inmortal cuya principal virtud, y
defecto, es haber nacido en el Valle de Anáhuac.
La noche
Considerando que en primera instancia
se tenía a la eternidad por parámetro, todo pasa muy rápido. El
sentido de urgencia cobra una dimensión nunca vista ni experimentada
cuando, de pronto, la finitud se asoma por la ventana y aparece una
arruga o una cana como prueba y testimonio de que un cambio
irreversible acaba de empezar.
La vida de Tenebroso se ve trastocada
de un momento a otro. Acostumbrado a no tener prisas ni
preocupaciones económicas, su existencia plácida y perenne
experimenta un giro sorpresivo cuando se da cuenta de que su platillo
favorito lo está afectando. La sangre, antes tan buscada y apreciada
se torna de pronto en un líquido cuya voluptuosidad encierra
secretos inexplorados.
El vampiro chilango cae en la cuenta de
que al chuparle el cuello a sus víctimas obtiene el placer esperado
pero también una indeseable resaca que consiste en experimentar las
emociones humanas de ese al que dejó seco.
Así, festín tras festín, Tenebroso
empieza a sentir la punzada del deseo, la mordida de los celos, el
abismo interno de la soledad, la llama de una pasión deportiva e
incluso la necesidad acuciante de la paternidad.
La existencia de Tenebroso durante casi
200 años ha sido, como ya se dijo, placentera y libre de los lastres
humanos por lo que empezar a sentir empatía con estos lo saca de
balance. Algo que se agrava por el hecho de que nadie sabe que es
inmortal, ni siquiera sus amigos de parranda con los que pasa casi
todas sus noches.
Max, el poeta michoacano maldito y
nocturno -a base de drogas y excesos-, es, podría decirse, una de
las personas más cercanas al vampiro pero no sabe su secreto mejor
guardado. Será hasta que la desgracia lo golpee que el chilango
bicentenario aceptará que ese vate drogadicto es con quien tiene más
cosas en común y, por lo tanto, quien mejor entenderá su
desesperada situación.
La capa… de caspa
Con una novia inmortal y esquiva, su
existencia amenazada y una continuidad de linaje en entredicho,
Tenebroso Acosta es el vampiro más alejado que se pueda imaginar de
esa idea que comúnmente se tiene de estos seres.
Bram Stoker marcó la pauta para estos
personajes y en prácticamente todas sus apariciones subsecuentes la
sensualidad y el peligro fueron elementos que los acompañaron, sin
embargo, con la llegada de las sagas juveniles vampíricas su fuerza
oscura se diluyó pero también abrió la puerta para otro tipo de
abordajes. Es en estos últimos que se puede observar el trabajo de
Juvenal Acosta quien crea a un vampiro poco seductor pero que
definitivamente está dotado de la oscuridad necesaria para reclamar
su estatus entre las sombras.
Irónico, sarcástico, directo y
crítico son algunos de los adjetivos que se le pueden dar al
protagonista del autor mexicano. Tenebroso hace reír con sus
disquisiciones, análisis y desventuras pero, por igual, hace que los
pelos se pongan de punta cuando, sin que medien las emociones –como
se espera de él-, toda la negrura que lo habita sale a relucir.
Es un ser nocturno que se alimenta de
sangre humana, no hay que olvidarlo, pero cuando empieza su proceso
de, digamos, humanización es que más se manifiesta toda la
violencia de la que es capaz. Juvenal Acosta, escritor y académico,
propone así una reflexión sobre la naturaleza humana que permite
ver qué tan inhumana puede ser.
Resulta divertido que el ámbito en el
que decidió colocar a su personaje principal es el literario.
Acompañado de poetas, novelistas y las groupies de estos, el vampiro
chilango encuentra a sus casi pares: seres también de la noche que
buscan disociarse de las emociones al ponerlas por escrito en una
carrera que siempre terminan por perder. La crítica a estos grupos
también es evidente y abordada con la ironía y el sarcasmo que
caracterizan a la voz del narrador principal.
Lo anterior es sin duda una dosis de
autocrítica ya que Juvenal Acosta –tenga o no groupies-, forma
parte de ese mundo aparte que habitan quienes se empeñan en
consignar en papel las historias que se imaginan.
Otro elemento que llama la atención es
que el escritor haya decidido prestarle su apellido a Tenebroso, es,
quizás, un guiño que permite imaginar que el Acosta los une más
que nominalmente y hay una semejanza insospechada.
Tal vez el propio proceso vital del
autor de 55 años de edad abonó para el tema subrepticio de su
novela: el envejecimiento. Así como el ciudadano común llega a una
edad en la que se sorprende con dolores físicos y emocionales nunca
antes registrados, el inmortal de su historia se encuentra un día
cualquiera experimentando cosas que jamás se hubiera imaginado, ¿le
suena familiar?
Trago a trago de sangre Tenebroso se va humanizando mientras que paso a paso los humanos se acercan inexorablemente al único reducto que ofrece una estadía, si no inmortal, sí eterna: la tumba.
Trago a trago de sangre Tenebroso se va humanizando mientras que paso a paso los humanos se acercan inexorablemente al único reducto que ofrece una estadía, si no inmortal, sí eterna: la tumba.
Foto: Tomada de http://www.planetadelibros.com.mx/tenebroso-libro-209986.html
Comentarios
Publicar un comentario